Hay aficionados que se preguntan por qué Jaime Fernández ha tenido un papel residual en los últimos encuentros de Unicaja. Es difícil de explicar. Sin problemas físicos aparentes, todo hace indicar que se trata de una decisión técnica de Katsikaris. La situación tiene su intríngulis, y más tratándose de un jugador que estaba siendo de los más destacados dentro del mal arranque de curso, por no decir el mejor.
Una mente maquiavélica puede pensar que el bueno de Jaime es cabeza de turco en toda esta historia, porque no consta hoy que haya algo extradeportivo, o cualquier diferencia con el cuerpo técnico. La pregunta que se hace más de uno es si realmente hay caso o todo queda en una anécdota; este segundo escenario quizá sea demasiada casualidad, puesto que el base no pasa de los quince minutos en cancha en los últimos tres encuentros, cuando a principio de temporada se iba casi a treinta. Algo hay.
Echando un ojo a la estadística personal del madrileño, la linea es descendente; hasta tal punto que el pasado domingo sólo estuvo en cancha trece minutos, menos de la mitad que la victoria cajista ante Río Breogán, hace apenas un mes. Más allá del minutaje, es el segundo jugador más valorado de la plantilla, por detrás de Axel Bouteille. Por lo tanto, no puede haber una explicación deportiva ya que el jugador rinde.
Habrá que estar atentos porque el equipo no está precisamente para desechar jugadores, y más de la calidad de Jaime Fernández, uno de los pocos brotes verdes que tiene esta plantilla.
Inexplicable pero es una regla de tres. A menos minutos de Jaime peor va el equipo. Algo tiene que estar pasando a nivel interno que no sabemos. El jugador es bueno y rinde hasta ahora. Pregúntenle al mister en rueda de prensa los que podéis hablar con él.