El regreso a la competición sera frenético para el Málaga. Cada uno de los once partidos que restan para el final. La salvación es el objetivo primordial de los blanquiazules porque si no se consigue, las opciones de subsistir se reducirían al mínimo.
Para lograr la permanencia -el Málaga está tres puntos por encima- comenzar este atípico regreso al cien por cien y con victorias es la vía rápida para sobrevivir entre tantos daños colaterales que está sufirendo el club en los ultimos años. La Rosaleda y la afición eran un comodín extra para conseguirlo, pero dicho comodín ha expirado por las consecuencias de la pandemia del COVID-19.
Tendrán que luchar y pelear plantilla y cuerpo técnico contra equipos que se juegan tanto o más que los blanquiazules. De los onces rivales restantes con los que se enfrentarán los de Pellicer, tres de ellos (Huesca, Girona y Almería) tienen opciones de subir a Primera División. El resto, un total de ocho equipos (Tenerife, Extremadura, Lugo, Rayo Vallecano, Albacete, Deportivo, Sporting y Alcorcón), algunos más que otros, miran con miedo a la Segunda División B.
No será ni mucho menos plácida la vuelta al fútbol en Segunda con tanto en juego para todos los equipos, pero el Málaga en especial se juega la vida o la muerte desde el primer silbato del árbitro.