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La edad a la hora de buscar un embarazo es ya el principal problema de fertilidad en España

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La importante dedicación al ámbito académico y profesional de la mujer, la dificultad para conciliar, las circunstancias económicas y los horizontes tan cambiantes en los que nos movemos han supuesto un «alarmante retraso en la edad de la mujer para tener su primer hijo, con una media de 32 años en España. Tanto es así, que la edad a la hora de buscar un embarazo es ya nuestro principal problema de fertilidad y no las enfermedades que provocan esterilidad», advierte el doctor Enrique Pérez de la Blanca, jefe del Servicio de Reproducción Asistida.

Según el doctor, la fertilidad disminuye muchísimo con la edad de la mujer, aunque la mujer esté sanísima. «En un contexto de pareja estable, manteniendo relaciones sexuales habituales en las que ambos llevan una vida saludable, pasados los 38 años de la mujer, las posibilidades de tener un embarazo al año son de un 10%. Cuando se alcanza los 40, el índice se reduce a un 7%. Y, al llegar a los 42, las posibilidades de forma natural son prácticamente inexistentes».

Esta situación conlleva paralelamente una disminución notable de la natalidad que derivará también en dificultades para el mantenimiento del sistema de bienestar. «España presenta una pirámide poblacional regresiva, ahora más bien llamado árbol de población, con una marcada mayoría de sociedad envejecida y con tendencia a serlo más», expone el ginecólogo.

Afortunadamente, se abren nuevas posibilidades gracias a la medicina de la reproducción. De hecho, «la reproducción asistida es responsable del 8-10% de los nacimientos en España. Los tratamientos de reproducción asistida, junto a los nuevos modelos de familia y la preservación de la fertilidad o vitrificación son claves esperanzadoras para el futuro poblacional».

El doctor Enrique Pérez de la Blanca relata el amplio y prometedor abanico de opciones en la actualidad: «hoy por hoy, una mujer puede ser madre con las mejores garantías sin necesidad de una pareja masculina; una persona afectada por el cáncer puede conservar sus posibilidades de tener hijos para cuando esté curada, preservando su fertilidad sin que esta se vea afectada por los tratamientos oncológicos; una pareja homosexual puede completar su sueño de tener un hijo; unos padres pueden evitar una enfermedad genética en sus hijos; o una chica puede demorar su maternidad preservando sus óvulos a una edad en la que aún conservan un buen potencial para permitirle tener hijos si la oportunidad se retrasa».

Además, circunstancias que antiguamente producían esterilidades irreversibles en las personas o en las parejas, por enfermedades o por esterilizaciones voluntarias, actualmente pueden ser tratadas con gran éxito mediante la reproducción asistida.

Por todo ello, con motivo del Día Mundial de la fertilidad (4 de junio) y del Mes de la Fertilidad, que se conmemora durante el mes de junio, el equipo de Reproducción Asistida, con el doctor Enrique Pérez de la Blanca a la cabeza, reivindica que «la sociedad debe ayudar a que las mujeres sean madres jóvenes, que puedan mantener su calidad de vida y su desarrollo profesional». El ginecólogo recomienda «tener los hijos antes de los 30 y, si por el motivo que sea quieren o tienen que posponer la maternidad, deberían preservar los óvulos antes de esa edad». Como barrera aconseja que la mujer se autoimponga los 35 años para tomar la iniciativa en un sentido u otro y, en cualquiera de los casos, saber que siempre pueden contar con la ayuda médica y emocional, como la de este equipo. De hecho, reconoce que la media de edad de sus pacientes es de 38 años. Por ello, en el caso de tener que posponer la maternidad, recomienda la vitrificación: «cuando los óvulos son jóvenes -hasta los 35 años- la preservación ofrece una fantástica posibilidad de conservación, pues más del 90% de los ovocitos sobreviven al proceso».

Preservar la fertilidad a través de la vitrificación

La vitrificación consiste en un proceso de conservación a muy baja temperatura, sin congelación, a través de una extrema elevación de la viscosidad durante el enfriamiento, que se realiza a gran velocidad. Esta técnica permite posponer la maternidad, tras un tratamiento oncológico o cualquier otro motivo, mediante la conservación de los gametos femeninos y embriones de forma prolongada y con todas las garantías.

Los ovocitos son protegidos y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC.

Es una técnica simple con la que se obtienen buenos resultados. Es utilizable tanto en ovocitos como en embriones humanos, por lo que tiene múltiples aplicaciones.

Los pasos para la extracción de los ovocitos son los mismos que se dan para un tratamiento de FIV: estimulación ovárica y extracción de los ovocitos. Después, en el caso de la preservación, en lugar de fecundarlos, se produce la vitrificación y almacenaje.

¿Cuándo está recomendada la preservación de ovocitos?

Para preservar óvulos sobrantes de un ciclo de Fecundación in Vitro (FIV) o Inyección Intracitoplasmática (ICSI).
En caso de desear preservar la fertilidad antes de comenzar tratamientos oncológicos.
En caso de querer posponer la maternidad.
En caso de mujeres con baja reserva ovárica.
En paciente con problemas éticos para la congelación embrionaria.
En pacientes sometidas a FIV, en las que se obtiene un número elevado de óvulos y por razones ético-morales se oponen a la congelación.

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