La concejalía de Ecología Urbana aplica un tratamiento de endoterapia que sirve para combatir la plaga de la galeruca del olmo. Estas tareas, que ya se están desarrollando en distintas calles y parques de la ciudad, están libres de toxinas. De su funcionamiento y aplicación ha dado cuenta el edil del área, Antonio Carrasco.
«Hoy estamos aplicando un tratamiento preventivo contra una plaga que afecta a los olmos y que se llama ‘galeruca’», ha explicado Carrasco, señalando que se trata de “una plaga que afecta a los ejemplares del olmo, por medio de una larva que se va comiendo las hojas y luego, en la época estival eclosiona en un escarabajo blanco que es bastante molesto para los viandantes y para los establecimientos y por eso, estamos haciendo este tratamiento preventivo”.
En este sentido, el edil ha indicado que los 97 olmos que actualmente existen en la ciudad están siendo tratados mediante la técnica de la endoterapia, “que no utiliza ningún elemento químico y que consiste en taladrar el árbol para introducir directamente a la savia un producto fitosanitario, libre de sustancias tóxicas, que hace su efecto para que en el verano no tengamos esta plaga de escarabajos”.
«Es un tratamiento que funciona muy bien, porque va directamente al tronco, de modo que no tiene ningún impacto medioambiental, tampoco supone ningún riesgo para las personas que lo aplican, quienes caminen cerca de los ejemplares, ni tampoco para las mascotas, con la ventaja de que es muy efectivo», ha explicado Carrasco.
“Esta técnica la hemos utilizado también en el tratamiento contra el picudo rojo en las palmeras y para combatir a la plaga de la procesionaria del pino, con muy buen resultado en ambos casos”, ha indicado Carrasco.
La galeruca del olmo (Xanthogaleruca luteola) es un coleóptero de la familia ‘Chrysomelidae’ que se alimenta de hojas de olmo, tanto en estado larvario como adulto. Tras eclosionar, las primeras larvas están varias semanas alimentándose de hojas hasta llegar a su estado de madurez. Es entonces cuando descienden por el tronco y a los 10 días, emerge el adulto que alcanza volando la copa y comienza entonces el ciclo de la segunda generación. Las larvas devoran el parénquima de la hoja y la dejan desprovista de tejido tierno, fundamental para la función clorofílica. Esto da al árbol un aspecto quemado. Si el ataque es severo, el árbol puede ver mermada su capacidad de fotosíntesis y sufrir un serio deterioro.
El concejal ha comentado que “este tratamiento preventivo debe hacerse precisamente en esta época del año, para evitar que el problema vaya a mayores. En Fuengirola, trabajamos con la endoteparia desde hace más de seis años y nos está ofreciendo muy buenos resultados”.
