El Unicaja llega a la final de la Copa de Rey 2023 tras hacer naufragar al vigente campeón de la competición y al transatlántico blanco; en cambio, el conjunto de Txus Vidorreta llega por el «camino fácil» del cuadro, tras sobreponerse al Gran Canaria y al Joventut Badalona. El técnico cajista ya lo afirmó ayer a la conclusión de las semifinales, «es un esfuerzo a lo que estamos construyendo, esto no ha acabado. Eliminar a estos dos grandes significa que estamos haciendo las cosas bien«. Los verdes llegan después de lograr un triunfo inmaculado en el Pabellón Olímpico de Badalona. Ahora buscan dar el golpe definitivo al torneo copero, y alzarse con su segundo galardón para sus vitrinas. Tarde para disfrutar: en Badalona, en casa, en un bar… porque juega el Unicaja y va a demostrar que esto no ha sido una casualidad.
El conjunto tinerfeño está viviendo un momento espectacular en la temporada. Infalibles en la competición nacional, ocupando actualmente la cuarta plaza, también en la BCL y, ahora, en el torneo del K.O. Asimismo, van en busca del que puede ser el primer galardón para las arcas isleñas. A su vez, el técnico bilbaíno del Lenovo Tenerife recordó en en el día de ayer que “el Unicaja es el equipo que ha hecho posible una final inédita. Por lo que Ibon es el entrenador de esta Copa. Su equipo ha sido muy importante en esto, pero él lo ha sido todavía más, sobre todo en el partido que le ganaron al Barcelona”.
El plantel de las Islas Canarias llega al enfrentamiento con dos nombres propios. Giorgi Shermadini y Marcelinho Huertas. Ambos consiguieron dobles dígitos en el partido de semis frente al Joventut Badalona de Carles Durán. Pero hay más peligros, sobre todo en la línea exterior de los aurinegros. Sasu Salin es el que encabeza el porcentaje de tiros desde el 6,75 con un 43,2%. Le siguen Aaron Doornekamp y Bruno Fitipaldo con un 39,8% y un 36,1%, respectivamente). Mirando otro apartado estadístico, la capacidad reboteadora de los aleros y de los pívots puede ser determinante en la batalla final. Si no que le pregunten al cuadro local en el día de ayer, que sucumbió debido a las segundas oportunidades, y a un escandaloso tapón de Tim Abromaitis.
Una situación muy distinta es la que está viviendo el Unicaja. Con una plantilla muy variante. En cada partido aparece un jugador nuevo para romper los esquemas de los rivales. En los cuartos fueron Darío Brizuela y Kendrick Perry, y ayer fueron Dylan Osetkowski y David Kravish. Eso sí, llegan con una baja importantísima: la de Yankuba Sima. Hace dos años que los cajistas no saben lo que es competir en el torneo copero. Y, en esta edición, ya lo han demostrado dos veces. Pero esto no va de individualidades, más bien de equipo. El único pero, el desgaste físico con el que llegan los malagueños. Esta misma mañana lo ha recalcado Ibon Navarro: «Los jugadores estaban muy cansados. David se nos fue a demasiados minutos, Nihad notó un pinchazo, y los demás tienen golpes. Aunque seguro que jugar un partido como este les servirá de anestesia«.
Una cita para la historia, donde la ‘Marea Verde’ volverá a responder, como ya lo demostró en el choque del jueves y de ayer. A poco más de seis horas para el comienzo del partido ya se vive en las calles la adrenalina de una final de la Copa del Rey. Sin lugar a dudas, un enfrentamiento «inesperado», por lo que se convierte aún más atractivo. Y con un trofeo como recompensa al trabajo. El Unicaja intentará batir al vigente campeón de la Basketball Champions League, y demostrar así cuáles van a ser sus aspiraciones en dicha competición. De ser así, Unicaja sumaría su segunda Copa del Rey a su vitrina, tras la que ganaron en el año 2005 en Zaragoza al Real Madrid.
