El baloncesto español se dio un homenaje en Málaga, una de las capitales del básket en España, para inaugurar un programa de actos radiante que empezó con la IV Gala del Baloncesto Español y continuará desde mañana en el Martín Carpena, en el Torneo Centenario con la selección de Sergio Scariolo, número 1 del ranking, Estados Unidos, número 2, y Eslovenia, que tiene al mejor jugador del próximo Mundial de Filipinas, Luka Doncic. ¿Quién da más? El Castillo de Gibralfaro, con la capital de la Costa del Sol en el tórrido horizonte, fue un escenario de cuento. No podía tener mejor final la etapa de fantasía Jorge Garbajosa al frente de la FEB antes de su renuncia oficial del 16 de agosto para asumir la presidencia de FIBA Europa.
Garba, al que arroparon viejos amigos, como Laia Palau, Álex Mumbrú, Amaya Valdemoro, Berni Rodríguez o Carlos Cabezas, se merecía una despedida de dibujos animados, con regalos inesperados, sorpresas imprevistas fuera del guión, y un elenco de lujo en el roster de invitados que elevó la dimensión de la Gala hasta tocar el cielo malagueño.
La marca España
Andalucía, como motor del deporte, como locomotora nacional en la organización de eventos tras adelantar por la derecha a Madrid, marcó una nueva muesca en su grandioso repertorio. Doncic, una súper estrella del baloncesto mundial, y Steve Kerr, seleccionador de Estados Unidos y padre de un nuevo básket junto a Stephen Curry y los Warriors, no se lo quisieron perder. Desde hoy se les podrá ver en el torneo del Carpena. A Luka se le había olvidado el español, pero no saludar a sus mayores del Madrid, Llull y Rudy, con los que se abrazó. Antes lo había hecho con Kerr.
No falló nada. La FEB es tan buena o más que sus selecciones para gestionar el día a día y brillar también en lo extraordinario, en un acto cuidado al detalle, con el mimo y la profesionalidad habitual, que coronó a los mejores del año en el baloncesto español. La gala cumplió su cuarto aniversario con el secretario general de FIBA, Andreas Zagklis, la selección masculina en pleno, la plana mayor de la femenina, el director de MARCA, Juan Ignacio Gallardo, y el subdirector, Gerardo Riquelme, el seleccionador de Eslovenia, Aleksander Sekulic, el presidente de la ACB, Antonio Martín, la alta sociedad malagueña, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, Antonia Ledesma, vicepresidenta de la Diputación de Andalucía, y Arturo Bernal, consejero de turismo, cultura y deportes de la Junta de Andalucía, José María Arrabal, secretario general de Deportes de la Junta, Kamil Novak, Director Ejecutivo de FIBA Europa, entre otros.
El pregonero Díaz
Gibralfaro acompañó. El enclave, un castillo del siglo XIV que le costó conquistar a los mismísimos Reyes Católicos, resultó magnífico para albergar un evento que celebraba 100 años de trayectoria de la FEB. La historia para celebrar la historia. Junto a las piedras inmortales de la muralla árabe, las conquistas de las selecciones masculinas y femeninas, la camiseta negra del Centenario y otras más antiguas, algunas firmadas. Había mucho que celebrar. «Nuestra historia y nuestro futuro».
Francisco de la Torre saludó a Alberto Díaz, pregonero de las fiestas de Málaga a Garbajosa, que nunca tiene ensayado nada pero improvisa genial, se le vio más ancho que largo (ya es decir) y Zagklis, en perfecto castellano (porque hizo el erasmus en Salamanca) puso por las nubes a la Federación, hablando de su energía transformadora «para transformar un deporte minoritario que llegó a España por un colegio en un tejido esencial de la sociedad española. Baloncesto España es una de las marcas más reconocidas de España».
Juan Ignacio Gallardo, director de MARCA, celebró como número 1 de la Prensa española «acompañar y transmitir los éxitos de un deporte que nos enorgullece a todos». Después vinieron los regalos: el primer acta de un España-Eslovenia del 92, para la federación balcánica, una camiseta de Doncic firmada para Garbajosa, varios documentos históricos de las batallas entre España y Estados Unidos. Hubo tiempo para las sonrisas. Llull habló de la temporada de mandarinas y Aday Mara, ilusionado como el niño que es, bromeó con Rudy y Sergio, «a los que veía en la tele y ahora me regañan por hacer mal los bloqueos. Es un sueño».
Después las leyendas se abrieron hueco para abrochar la Gala con grandeza. Se rindió honores a Isa Sánchez, mítica en la selección y también en la Junta, y a la familia de Javier Imbroda, inolvidable, con Salvadora, su viuda, y sus hijos Pablo y Javier. Y colorín, colorado en Gibralfaro, el sueño del Baloncesto Español, tan real, seguro que durará 100 años más.
