Tras casi tres semanas de larga espera, el nuevo Unicaja vuelve a la competición y lo hace con las máximas exigencias. Los cajistas reciben al UCAM Murcia, el último tren para pelear por playoffs, el objetivo cortoplacista que se marca el club hasta verano, muy difícil porque el terreno a recuperar es amplio, pero una victoria ante los murcianos, octavo clasificado, daría alas y esperanzas en el Carpena. Con la ansiedad incluso de volver a ver este Unicaja tras ganar en Fuenlabrada y ver la puesta en escena de Cameron Oliver, ya presentado y disponible para esta tarde.
Visita el Carpena una de las grandes sorpresas de la competición, junto a Breogán y Manresa: el UCAM Murcia de Sito Alonso, semifinalista de Copa. Los universitarios vienen a Málaga con la moral por las nubes después de un gran papel en Granada. Una plantilla muy física, su gran virtud, y un núcleo de jugadores ya experimentados en Liga Endesa; nombres como Sadiel Rojas, Nemanja Radovic, Tomás Bellas o Thad McFadden resultan más que familiares para todos los aficionados. Pero el mayor peligro de los de Sito Alonso es su columna vertebral de norteamericanos: James Webb III, Isaiah Taylor y Jordan Davis.
El líder esta temporada es Augusto Lima. El brasileño, criado en Los Guindos, suma uno de los mejores cursos en su ya larga carrera en nuestro baloncesto: una media de 14,6 de valoración. Mañana volverá a la que fue su casa hasta el 2013; ahora es uno de los líderes del UCAM Murcia y uno de los mejores pivots de la competición en ambos aros.
Ibon Navarro podrá contar con todos sus efectivos, salvo con Jaime Fernández, ya en la recta final de su recuperación. Sí estará Rubén Guerrero, el marbellí ha conseguido poner su rodilla a punto en estas dos semanas. Cameron Oliver se llevará todos los focos; el ala-pívot tendrá sus primeros minutos con el Unicaja.
Al Unicaja se le ha dado muy bien históricamente jugar contra los murcianos: 33 victorias y solo 12 derrotas. En la ida, los cajistas fueron capaces de ganar a los de Sito Alonso en un final apretado, incluida una remontada en los últimos minutos (79-84).
Una contienda en el Carpena con aroma de ‘final’ anticipada por ser un rival directo, aunque el mayor aliciente es comprobar cómo progresa la mejoría del Unicaja; un caldo de cultivo que se ha generado estas semanas y justificado porque las sensaciones en el Fernando Martín fueron extraordinarias. Qué siga la ilusión.
