Gio Shermadini salió del Unicaja por la puerta de atrás con dirección Tenerife, donde se ha coronado como uno de los jugadores más determinantes de Liga Endesa. El georgiano jugó dos temporadas en Málaga: inadvertido y cuestionado casi desde el minuto uno. Su apariencia como jugador y problemas defensivos, entre otros motivos, le costaron la cruz en Los Guindos; decisión que a la larga obviamente ha sido errónea por su eclosión y asentamiento en el Santiago Martín. Duele su progreso en estos años, aunque paradójicamente en su día se aplaudió que no siguiera en el club casi de manera unánime.
El pívot ha concedido una entrevista a ‘SER Radio Club Tenerife’ y alude, entre un montón de temas, a su paso por el Unicaja. Así repasa su trayectoria en Liga Endesa: «En Andorra estuve dos años y fueron dos buenas temporadas. Jugamos realmente bien, sobre todo en la segunda, que nos clasificamos para la Copa y los playoff de la ACB. Allí coincidí con Joan Peñarroya, muy buen entrenador. Luego fui a Málaga, primero con Plaza y luego con Luis Casimiro. Fue una etapa regular, no mala, tampoco top. Pero me cortaron. Empecé a mirar opciones porque quería quedarme en España. Y fue una suerte que el Canarias me ofreciera un contrato. Fui un afortunado por venir aquí».
Archiconocida su conexión con Marcelinho Huertas, uno de los ‘culpables’ de todos los reconocimientos que ha recibido el excajista estos años. Pero también Txus Vidorreta: «Desde el primer día me dijo: los jugadores que están conmigo, juegan muchos años. Él se ocupa de los jugadores, los cuida. Él sabe cómo usar a los jugadores sobre la pista: cómo aprovechar a los pivot, a los escoltas, a los aleros… Pero de forma especial él sabe cómo aprovechar a un jugador por encima de 2,15. Él se maneja bien con tipos altos. Y la realidad la demuestran los hechos: nuestra imagen siendo campeones en Europa, nuestro juego, nuestros resultados. Estoy jugando bien, estamos jugando bien. Y soy muy feliz con Txus», decía Shermadini.
