Jesús Carralero cruzó el charco hace dos años para irse a la NCAA, a la Universidad de Campbell, en Carolina del Norte. Estudiante de Matemáticas e Informática, el canterano del Unicaja aspira a volver a casa algún día, siguiendo los pasos de Rubén Guerrero y Francis Alonso. Hoy hemos hablado con él para que nos cuente su experiencia por Estados Unidos y las diferencias con el baloncesto europeo, entre otras cuestiones.
Perspectivas. «Este año tenemos un equipo muy interesante, muy mayor. Muchas opciones de ganar nuestra conferencia (Big South). Estamos concentrados en ello. La pretemporada fue bastante buena, ahora estamos con un récord de 7-4. Hemos competido contra equipos grandes, como Duke o VCU. Personalmente tengo un papel más protagonista que la anterior: el equipo confía más en mi al ser junior, con más peso, incluido los entrenadores. Estoy tratando de dar más pasos adelante por el equipo y muy contento con la temporada hasta ahora».
Proceso de adaptación. «Cuando vine por primera vez, fue un poco complicado porque el juego de High School es muy individual y no estaba acostumbrado. En Europa se mueve mucho el balón. Me costó adaptarme, pero al final cuando estaba en Missouri nos clasificamos para el torneo nacional. A partir de ahí, todo muy bien la verdad».
March Madness. «El año pasado fue una pena. Nos clasificamos para la final y caimos con Winthrop, que la verdad que tenían una locura de equipo, hasta arriba de jugadores. Este año se ha disuelto, así que este año tenemos una muy buena oportunidad».
El tópico de que en EEUU no se defiende. «Quién lo dice es que no ha visto mucho baloncesto de aquí, sobre todo de universidad. Se nota que hay chavales muy fuertes y defienden toda la pista».
Diferencias con el baloncesto europeo. «Aquí el juego de uno contra uno se da mucho. En Europa no están acostumbrados al tiro tras bote o de ese tipo de jugada. Cuando llegué, tiraba solo de tres o iba hasta el aro. He estado trabajando en adaptarme a esas situaciones. También el ritmo de juego, que es más acelerado. Individualmente, aquí hay mejores jugadores. La diferencia está en los equipos: el ejemplo es la selección, jugadores brillantes como Kevin Durant, pero si juegas contra equipos que llevan muchos años jugando juntos, se conocen mucho y química entre ellos, que se trabaja mucho en Europa, es cuando fallan».
Seguir los pasos de Rubén Guerrero y Francis Alonso. «Para mí seria un sueño, pero el futuro dirá. Quiero pensar en mi presente, en el equipo; no quiero ir más allá».
Así se define como jugador. «Ahora soy más repartidor de juego. El balón pasa mucho por mis manos. Los entrenadores valoran esa cualidad mía. No suelo tirar mucho a canasta, me gusta más pasar la pelota. Estoy jugando de pívot muy abierto. Subo la pelota de vez en cuando, y me está yendo bastante bien».
Se avecina un año importante. «Sigo trabajando todos los días con mi equipo, para mejorar como jugador. No trato de pensar más allá. En eso me centro: que el equipo ruede y en lo individual me vaya bien».
