Difícil de concebir hace unos meses que Obradoiro y Unicaja iban a compartir objetivos en marzo. Situación límite para los de Ibon Navarro, cada vez más próximos al descenso y un margen de error que se ha agotado. Hoy el Unicaja está obligado a ganar en el Fontes do Ser, una pista que se le ha dado bien históricamente, aunque nada se puede comparar a esta temporada con las anteriores, la peor en la historia de Los Guindos. Un hipotético descenso empieza a verse como una posibilidad real, y las sensaciones no invitan al optimismo. Habrá que ver cómo responden los cajistas tras el batacazo en Bélgica del pasado miércoles, toda una incógnita.
Los malagueños recuperan a Matt Mooney para esta final, no a Axel Bouteille. No da la impresión que sea una cuestión de piezas, sino más bien una vuelta los orígenes en cuanto a desconexiones, apatía y un equipo al que le cuesta competir en escenarios que requieren un extra mental. Ya lo vimos también en Gran Canaria o en las otras trece derrotas que ha sumado los cajistas hasta ahora; denota que el Unicaja 21/22 es un equipo que se ha acostumbrado a perder, con todo lo que supone. El Fontes do Sar es un examen para evaluar si los cajistas están preparados para cambiar las tornas.
En cuanto a los locales, un Obradoiro que sigue subsistiendo en ACB: ya son once cursos seguidos en la élite, y un modelo a seguir para esos clubes con limitaciones. Los gallegos son expertos en reclutar talento extranjero, aprovechar oportunidades de mercado, y una dirección deportiva, con José Luis Mateo a la cabeza, experto en fichar jugadores difíciles de deletrear: un tal Adam Wazcynski, entre muchos otros.
El otro pilar de los gallegos es Moncho Fernández, arquitecto del Obradoiro desde 2010; un tipo carismático que sigue acumulando temporadas brillantes en el Fontes do Sar. Muy pendiente de si podrá contar con Laurynas Birutis, gran estrella de los locales, aún con un proceso vírico. Si estarán el resto de sus estrellas: Kassius Robertson, Thomas Scrubb o Harry Ellenson. Todos acaban su vinculación con los de Santiago este verano.
El Unicaja ha ganado en la capital gallega cuatro de las últimas cinco visitas; y el balance global es muy favorable a los malagueños: 24 enfrentamientos en total y 17 triunfos para los cajistas. Esta vez el contexto que rodea al partido es muy diferente, un Obradoiro en alza y con ocho victorias, las mismas que los cajistas, pero en dinámicas muy opuestas. Un 19 de marzo, que más que el Día del Padre, puede ser la resurrección del Unicaja.