El Unicaja está a punto de finiquitar los deberes del verano. Dos meses de estrés máximo, pero donde la entidad malagueña ha salido muy bien parada. La postemporada arrancó con el objetivo de amarrar la opción de estar en la próxima BCL. Misión cumplida, a la espera que jugadores y cuerpo técnico cumplan el trámite de superar esa envenenada Fase Previa, el siguiente paso para empezar el curso 22/23 con todas las garantías. Los verdes no deben fallar. Con la plaza europea asegurada, al menos en cualquier competición FIBA, el club malagueño se puso manos a la obras en un mercado que pronto llegará a su fin. Tyson Carter y Melvin Ejim son los últimos fichajes que prepara López Nieto, figura que sale reforzada tras un primer año duro en el cargo.
«Estamos apuntando alto en el mercado, intentando hacer un equipo bueno e ilusionante», afirmaba el presidente en el balance del curso; mensaje que no caló por la difícil posición que tenía el Unicaja por aquel entonces, donde el escepticismo estaba a la orden del día. Pero la realidad es que el máximo mandatario cajista ha cumplido su promesa. La entidad malagueña puede presumir de haber completado una gran ventana de fichajes, junto a UCAM Murcia, los dos equipos que están obligados a dar un salto de gigante esta temporada. En Los Guindos esperan que el Carpena pueda recuperar de una vez el colorido prepandemia.
Para ello, la apuesta tenía que ser contundente y así ha sido. El club ha subido su presupuesto hasta los once millones de euros; y un margen amplio con tantos jugadores que acababan contrato, algunos de ellos en el primer escalón salarial, casos de Bouteille o Jaime Fernández. Con la hucha llena, la dirección deportiva ha podido acceder a jugadores que parecían inalcanzables para jugar en Málaga: los casos de Lima, Will Thomas o el propio Tyson Carter, entre otros. Muchos de ellos con nivel Euroliga.
Es pronto para hablar de objetivos, pero la carta de presentación es ilusionante ante tanta zozobra. López Nieto y la nueva directiva han solventado el primer verano crítico, el que debería marcar un punto de inflexión en Los Guindos.
