El Unicaja sucumbió en el Buesa Arena frente al Baskonia. Los de Katsikaris volvieron a ver cómo la moneda sigue cayendo del otro lado en un final de partido muy apretado.
Con una marcha más. Esa intensidad que le faltó en anteriores partidos al Unicaja fue la que hizo buena el primer cuarto. Valiéndose de los puntos de Abromaitis y Brizuela sobre todo, los malagueños ponían en liza una ventaja de diez puntos sobre los vascos a falta de tres minutos de finalizar el primer período. Un tiempo muerto despertó a Marinkovic, que hizo un destrozo desde el perímetro y disminuyó esa diferencia hasta el 14-22.
El segundo cuarto comenzaba con un castigo severo a Baskonia por parte de Jonathan Barreiro. Su juego perimetral fue decisivo tras la reanudación, y la ventaja de Unicaja se aupaba al 14-28. A partir de ahí, un toma y daca se planteaba sobre el parqué. En ese juego, el Unicaja cedió terreno y, tras una mejoría de los locales y menor acierto de los cajistas, el resultado se fue a un 36-41 al descanso.
Sin prisa pero sin pausa. De tú a tú se midieron en el segundo tiempo, y esta vez hubo rédito para el club de la Costa del Sol. El juego exterior experimentó un gran acierto, y un gran Norris Cole comandó a los de Katsikaris. No obstante, la defensa fue algo más comedida, y el Baskonia seguía muy de cerca en el marcador. Bouteille, con una acción sensacional mandaba a los de Katsikaris al último cuarto con una ventaja mínima de 60-62.
Jayson Granger se lo tomó como algo personal, y aceptó el reto de Bouteille poniendo a los suyos por delante nada más arrancar. Una serie de técnicas y un juego alborotado ponían al Unicaja 8 abajo a falta de 8 minutos. A partir de ahí, el partido se desmadró, y tanto los de Katsikaris como los de Ivanovic no hicieron sino ofrecer un auténtico espectáculo.
A falta de 5 minutos, Unicaja seguía uno por debajo, pero las sensaciones eran las de que cualquier equipo podía llevarse el encuentro. Granger seguía a lo suyo, pero Norris Cole contestaba a su triple con un dos más uno espectacular para empatar a 77. Intercambio de triples por parte de uno y otro equipo, que encadenaban 3 triples seguidos cada uno. Con 2:16 para cerrarse el choque, el 83-83 imperaba en el marcador. El marcador se volcaba negativamente con un triple de Giedraitis que ponía el 87-83 a falta de 47 segundos.
Un final de infarto, con varias revisiones de vídeo de los árbitros, decantó finalmente el encuentro en favor del Baskonia, que se llevó el encuentro 92-89 tras un intento de Brizuela de enchufarla desde su casa a la heróica.
