Joan Plaza está a la espera de recibir ofertas. El exentrenador del Unicaja podrá volver a entrenar en ACB a partir de enero, después de firmar su desvinculación con el Coosur Real Betis el pasado mes de noviembre. En dicho acuerdo, a petición del propio entrenador, el conjunto sevillano exigió que no pudiese dirigir a otro equipo a partir de 2022; el catalán aceptó y en San Pablo decidieron aceptar su salida. Un nombre que empezará a sonar con fuerza en aquellos banquillos que queden libres.
No es el caso de Unicaja. En Los Guindos aún hay confianza en que el proyecto Katsikaris siga adelante, pero atentos a las evoluciones después de varias semanas decepcionantes. Además, el griego tiene contrato con la entidad cajista hasta 2023, por lo que un hipotético despido resquebrajaría aún más las delicadas arcas. Esperanzas y una visita a Miribilla que se antoja clave en el devenir de los malagueños.
Un posible banquillo para Plaza es el Casademont Zaragoza. Hace semanas que en la capital aragonesa se da por sentenciada la etapa de Jaume Ponsarnau, aunque el triunfo en Andorra le da algo de crédito y quizás margen para buscar un sustituto de garantías. Los zaragozanos están con un balance de 5-9; a una derrota del descenso.
Desde la salida de Scariolo, fue Joan Plaza el que recogió el testigo de esa figura de entrenador querido en Málaga. Tuvo en su momento detractores, pero al final acabó cuajando entre la afición cajista. Con él a los mandos, el Unicaja fue campeón de la Eurocup en 2017; el último gran éxito del club.
Hace falta cambio en el banquillo…
Lo pide a gritos hasta el entrenador..