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Lo que pudo ser y no fue

El Unicaja estuvo muy interesado en Jasiel Rivero, pero acabó escogiendo el proyecto de Joan Peñarroya en Valencia

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Jasiel Rivero, jugador del Valencia Basket / ACB PHOTO

Jasiel Rivero es una de las grandes estrellas del Valencia Basket. El pívot cubano, ya consolidado como uno de los interiores más determinantes de la Liga Endesa, fue uno de los grandes anhelos del Unicaja el pasado verano, por el que hubo movimientos. Un jugador que llamó la atención, no solo en Los Guindos, también en otros despachos de nuestro baloncesto. La pelea se la acabaron llevando los taronjas, avalado por Joan Peñarroya, técnico con el que explotó el curso pasado en Burgos. Lo que pudo ser y no fue, tampoco anduvo lejos ver al carismático jugador con la camiseta verde y morada, y no con la naranja.

El Unicaja fue de los primeros que llamó a la puerta de Jasiel Rivero, al que le atraía la opción de venir a Málaga. Su crecimiento con el paso de los meses atrajo las miradas de Real Madrid o Barcelona, que decidieron no apostar en firme por el pívot, aunque sí mostraron interés. Tampoco se podía competir con Valencia Basket, desgraciadamente un proyecto más consolidado que en Los Guindos, con expectativas de volver a la Euroliga a corto plazo. Fin de la historia, al menos por ahora.

Rivero está cuajando una gran temporada a nivel estadístico, teniendo en cuenta que juega veinte minutos por partido: 10,1 puntos; 4,5 rebotes y 10,5 de valoración. En el partido de ida se fue hasta los 10 puntos y 4 capturas, en sus números. Pero el día que el Carpena quedó prendado con el cubano fue la temporada pasada: 26 puntos anotó Rivero en la victoria del San Pablo Burgos en la capital costasoleña (93-101).

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