Ha generado algo de controversia la actitud de Jaime Fernández anoche ante el Unicaja. El madrileño tuvo una noche perfecta, en un estado de inspiración habitual cuando te enfrentas a tu exequipo. 23 puntos firmó el base, con una canasta además definitiva en los últimos segundos, que puso la puntilla a los verdes en el Santiago Martín. Junto a Shermadini, las dos grandes pesadillas para los malagueños; algo que se daba prácticamente por descontado: 48 puntos firmaron entre ambos.
Pero el debate recae en algunos gestos que no han sentado bien al aficionado del Unicaja, en forma de risas dirigidas a los jugadores de Ibon Navarro; un pique con Tyson Carter, poco habitual para el poso que suele tener el campeón de Europa, además de alentar a su gente prácticamente en todas sus acciones positivas. Sorprendió su comportamiento, un lenguaje corporal por momentos desafiante; incluso parece que muchos cajistas han sentenciado a un jugador que estuvo cuatro temporadas en Málaga; y que lesiones aparte, dejó un recuerdo agradable en Los Guindos. No obstante, el jugador quiso aclararlo desde su cuenta de Twitter: «No era mi intención faltar el respeto a nadie, ni mucho menos a la afición de Málaga. He vivido el partido como siempre lo he hecho, he celebrado la victoria y alguna canasta, nada más», escribía el madrileño.