Gran noche la que vive el Unicaja, y en especial Ibon Navarro. La expedición cajista se marcha de Rumanía con los deberes hechos. El técnico cajista cree que la diferencia estuvo «en la energía de los últimos minutos» y «la profundidad de banquillo» en los momentos más complicados.
Énfasis en la segunda unidad. «Pudimos ganar gracias a los jugadores del banquillo. Nos dieron la energía que necesitábamos en los últimos minutos. En el segundo cuarto tuvimos problemas con muchos errores: malos tirlanzamientos de tres, ellos muy cómodos jugando a campo abierto. Ese 0-7 nos sirvió para irnos a los vestuarios con buenas sensaciones. En la segunda parte hicimos un buen trabajo, con solidez, fuertes en el rebote y algunos triples que no pudimos meter. El plan lo pudimos seguir gracias a los jugadores del banquillo, gracias a eso conseguimos la victoria».
El factor clave. «La consistencia. Sabíamos que tienen mucha energía, en la primera parte sobre todo. Ellos jugaron bien y anotaron buenas canastas. Esperamos a nuestro momento. Sabíamos que en los últimos minutos teníamos que igualar la energía. Y funcionó porque ellos se quedaron sin energía contra nuestra defensa».
Expectativas de cara al futuro. «En esta competición hay buenos jugadores, buenos jugadores y entrenadores. No podemos hablar de ganar esta competición, sino pensar ya en el próximo rival que es Gran Canaria. Ya veremos a dónde somos capaces de llegar».