El Unicaja cierra su montaña rusa particular con una derrota dantesca ante el Lenovo Tenerife. Impotentes los de Ibon Navarro desde el salto inicial, sin la tensión para competir frente a los canarios… y con nulo acierto. Todo salió cruz en esta jornada matinal en el Carpena después del triunfo en el Palau hace tres días. Las bajas no son excusas ni el resto de argumentos en contra que tenían los malagueños antes de la cita. Un marcador injustificable y que va a escocer en Los Guindos.
En las estadísticas, llama la atención el ínfimo porcentaje de los malagueños desde la línea de tres puntos (3/26), clave para que los canarios pusieran tierra de por medio en el tercer cuarto. Los más destacados en los locales, Cameron Oliver que maquilló sus números ya con el partido sentenciado, y Dejan Kravic; los dos únicos que se salvan del ridículo de los malagueños.
En los tinerfeños, Gio Shermadini se hizo amo y señor de la pintura en la pintura cajista. Bien secundado por Wiltjer, Salin y Todorovic. No es noticia que los ex ocasionen un destrozo al Unicaja de forma recurrente.