Lenovo Tenerife se llevó el último partido de cuartos de la Copa (83-91). El equipo de Vidorreta, apoyado en un sobrenatural Doornekamp con 25 puntos, se llevó por delante al Unicaja. La maldición del anfitrión pesó para un equipo malagueño muy desquiciado en algunas fases del partido. Los tinerfeños se medirán al Barça dejando huérfana a la copa de su equipo local con toda justicia. Vendetta servida tras la final de 2023.
El primer cuarto fue un concurso de triples en el Carpena. Los pívot se vistieron de Curry por la Copa. Osetkowski con 12 puntos en tres minutos y Doornekamp con 7, mostraban las maravillas del juego exterior para los dos equipos. El ritmo era brutal en ambos lados de la pista. No había fallos, solo canastones para los ataques cuyos sistemas siempre acababan en el perímetro. La tensión se traducía también en faltas y los dos equipos entraban en bonus con cierta velocidad. Especialmente singular el caso de Diop, que hizo falta ya en el salto inicial. El Unicaja veía el aro como una piscina con un porcentaje de tres por encima del 80%. Lenovo optó por hacer daño en el interior con la conexión Huertas – Shermadini. El cuarto finalizó con empate a 26 y mucha emoción en la grada.
Tras la pausa el ritmo siguió siendo alto, pero el acierto bajó. Era lógico. El equipo de Txus Vidorreta cambió de plan y empezó a percutir por dentro a la vez que el Unicaja secaba su fuente de anotación, los triples. Los tinerfeños abrían una pequeña brecha de dos ataques que el Unicaja neutralizó de nuevo desde la línea de 6,75 con un nuevo actor secundario, Kameron Taylor. El banquillo de Ibon Navarro sumaba y eso era una buena noticia para el cuadro de Los Guindos, (34-35). Kyle Guy se puso en modo repartidor haciendo mucho daño en la pintura. El Unicaja se dio cuenta y comenzó a atacar por dentro también. La igualdad era máxima y Perry leía con claridad que había que hacer y los locales se marchaban por delante al descanso, (49-45).
El Unicaja salió más enchufado del descanso. Un más ocho que era la máxima del partido hasta el momento. Un pequeño parcial de seis cero hacía daño a los amarillos. Al igual que en el primer cuarto, Doornekamp se echaba a los suyos a la espalda para devolver el parcial con creces y empatar a 55 el choque. El Unicaja se puso nervioso y comenzó a tirar muy precipitadamente. El parcial era de 0-12 para los de Vidorreta. Ibon paraba el partido con un tiempo muerto muy necesario. Emergió la figura de Alberto Díaz para frenar la intensidad de Doornekamp y su 100% en triples. El marcador era un columpio que iba de lado a lado al final del tercer acto, (65-66).
Los nervios hacían acto de presencia en el último tramo del choque. Rebotes, fallos, faltas… El partido tenían absolutamente de todo. Los malagueños se hacían fuertes en el rebote ofensivo para tomar un respiro gracias a una técnica de Fitipaldo. El boomerang iba de arriba a abajo en el marcador. Se movió bien Vidorreta con el challenge para conseguir una posesión y una antideportiva para los suyos. Lenovo Tenerife iba por delante en los últimos cinco minutos. Momento complicado para el Unicaja resuelto con un triple de Perry que daba aire al club de Los Guindos. Cada acción era de infarto. Ibon Navarro retocó la pintura después de un letal dos más uno de Shermadini. Tenerife se iba de seis y hacía sonar la alarma en el banquillo malagueño. El Unicaja se estrelló contra su eterna maldición y la defensa de Lenovo Tenerife en los compases finales. Partido finiquitado y victoria para un Tenerife a lomos de un Doornekamp sencillamente brutal.
