Mala noche para los seguidores del Unicaja. El equipo malagueño cayó ante el Cluj Napoca rumano y se complica su devenir en el segunda fase. Los de Fotis Katsikaris mantienen la inercia negativa y no son capaces de superar a un rival, a priori inferior, pero que se llevó una merecida victoria del Martín Carpena.
El Unicaja acusó el tiempo de barbecho, dos semanas sin competir, y también por el cierto desconocimiento de un rival que con mérito propio se había convertido en la revelación del campeonato. Un inicio prometedor de los rumanos liderado por Brandon Brown daba la primera ventaja al Cluj Napoca (0-7). Fue la tónica del primer cuarto. Un rival más intenso, enchufado y con mejor capacidad defensiva. Solo arreones de Francis Alonso y Jaime Fernández mantenían en el marcador a los de Fotis Katsikaris. Brown seguía a lo suyo, Stewart se unía a la fiesta, pero una canasta de Norris Cole cortaba la estirada de los rumanos (13-19).
El inicio del segundo cuarto fue una réplica del anterior. El equipo malagueño estaba desacertado en ataque y mostraba lagunas defensivas. Stewart y también en esta ocasión Hogue hacían daño. A falta de 7:55, se activó la alerta roja. El Unicaja caía trece abajo (15-28). Tocaba reaccionar. Y llegó. A base de triples, de un gran acierto exterior, pero sobre todo por la buena aportación en la pista de Jaime Fernández en la dirección de juego y un Bouteille con la mirilla ajustada.
Un parcial de 21-11 dejaba el tanteo igualado (39-39). Bouteille y Brizuela notaban buenas sensaciones desde el perímetro y también los de Fotis hacían los primeros intentos de jugar por dentro tanto con Erico como con Nzosa que ponía el empate con un mate. Dos tiros libres posteriores de Jaime Fernández daba la primera renta al equipo malagueño (41-39) a falta de 1:30. El Cluj no perdió fuelle y apretó en el minuto y medio final colocando un parcial de 0-4 volteando otra vez el marcador al termino de la primera mitad (41-43).
El tercer cuarto sirvió para ver, y van muchas en esta temporada, a un frágil Unicaja. No solo pecó de ser vulnerable sino que quedó patente que al equipo malagueño le siguen faltando piezas. Hoy no pudo contar ni con Abromaitis ni con Alberto Díaz, pero eso no exime que tocaba apretar en defensa. Brown y Stewart hacían daño. El Cluj olió la sangre y para más inri, el Unicaja perdía a Eric que se marchó tras un mal gesto de su rodilla. Un demoledor parcial de 6-17 permitía al cuadro rumano poner la directa (49-60) a falta de 2:40. La reacción llegó de manera tímida y el partido se ponía cuesta arriba (55-64).
Los últimos diez minutos fueron un caos. Carrusel de errores, de emoción y de un partido que pese a estar perdido casi se le puso a tiro a los malagueños con el 72-76 y unos grandes minutos de Alonso secundados por un par de defensas de Rubén Guerrero. En ese tramo se hizo de noche y el Cluj se llevó la victoria. La crisis malagueña sigue aumentando y ahora se traslada a la Champions, el único salvavidas que le quedaba y le queda al proyecto de Los Guindos. Derrota por 73-79 y más lío.
