Tropiezo del Unicaja en Estambul. No preocupa la derrota que debe mantener la tensión competitiva para las próximas citas si bien es cierto que obliga ganar a Limoges y alarga la senda para certificar el pase a cuartos de final de la BCL. Los de Ibon ofrecen una imagen ‘terrenal’ y con errores burdos en el momento clave del partido.
La puesta en escena en Turquía no fue la mejor de la temporada. Un Unicaja poco reconocible. Tiros que no tocaban aro, pases mal ejecutados, poca pausa y una precipitación que distaba mucho a la imagen dada en los últimos meses. Pese a ello, un ritmo frenético con demasiados lanzamientos por parte los dos conjuntos permitía a Galatasaray sacar la primera renta en el primer cuarto tras un parcial de 10-0 (13-5). Ibon Navarro modificó la dirección de juego tras un tiempo muerto y puso en pista a Alberto Díaz junto a Brizuela. Nuevo partido. Buena reacción liderada por Osetkowski y los malagueños que maquillaban el cuarto (21-16).
La imagen de los malagueños mejoró ligeramente en el segundo cuarto aunque las individualidades destacaron frente al colectivo. El mejor ataque fue la defensa. Ahí, los de Ibon subieron un pistón y supieron voltear la renta desfavorable gracias a los puntos de Osetkowski, Perry y Carter (26-27). Los turcos se encomendaron a Russell y al acierto exterior de Kabaça, autor de dos triples consecutivos (34-30). Perry respondió rápidamente para los malagueños, pero un parcial otomano de 11-4 (41-34) marcó el final de cuarto. Nadie era capaz de frenar un Russell que acabó tieso. Triple final de Kalinoski y todo por decidir en la segunda mitad (41-37).
A la vuelta de vestuarios, el Unicaja supo aprovechar las imprecisiones de su rival. Galatasaray entró en barrena y eso ante un rival como los malagueños es darle un botín de oro. Los de Ibon olieron la sangre. La victoria suponía ser primeros de grupo y los de Los Guindos dominaron buena parte del cuarto, pero no terminaron de completar la faena. Se diluyeron con el paso de los minutos y pese a tener una buena renta (47-53), los otomanos apretaron el encuentro (56-58).
Se le hizo de noche el inicio de cuarto a los malagueños, mientras que el Galatasaray encontró aro con facilidad. Un parcial de 7-0 (63-58) volvía a colocar a los turcos mandando en el marcador. El Unicaja reaccionó pese a no mostrar brillantez y cuando parecía que el encuentro estaba cuesta arriba (67-60), los de Ibon se encomendaron en un acertado Brizuela, autor de cinco puntos (67-65). Nuevo partido a falta de 2:17. Era el momento de la verdad y no supo leer bien el juego. Los turcos sellaron el triunfo ante los malos tiros finales de Kalinoski. Eraan necesarias otras soluciones, pero no llegaron (72-67)
La derrota obliga a los malagueños a estirar el chicle en un mes de marzo maratoniano con un carrusel de partidos. Una mala tarde la tiene cualquiera. Aprendizaje para las próximas citas.