El Unicaja se disolvió como un azucarillo en Las Palmas; hoy el equipo fue incapaz de competir, sin argumentos para mirar de tú a tú al Gran Canaria. Un tercer cuarto dantesco condenó a los de Ibon Navarro, que fueron capaces de neutralizar a los de Porfi Fisac en la primera mitad. Derrota dolorosa por el subidón de esta semana, y una zona de descenso que se acerca: el Unicaja suma una victoria más que Obradoiro, segundo equipo por la cola. Bofetón de realidad y jarro de agua fría en Los Guindos.
Cameron Oliver entraba en el quinteto inicial, el nuevo ídolo en el Carpena. Albicy avisaba con dos triples a la defensa de Unicaja (8-3); el base francés se reencontraba con Ibon Navarro, base del Morabanc Andorra por aquel entonces, compartiendo una etapa gloriosa en el Principado. Una sangría de puntos encajada gracias a la organización del base y Pustovyi en la pintura, el gigante ucraniano podía estar vistiendo hoy la camiseta verde y morada. Los cajistas equilibraban el marcador (12-10) y un Cameron Oliver de dulce, sumando también en el Gran Canaria Arena. Abromaitis colocaba por delante al Unicaja desde el triple, uno de los líderes en estas semanas (12-13).
Los de Porfi Fisac conseguían neutralizar y bajar el nivel de la anotación, ritmo favorable para los amarillos, y una superioridad física evidente en el primer cuarto (19-13). El Unicaja ya sumaba nueve pérdidas en doce minutos, las mismas que el martes en Cluj. Un encuentro hasta ahora feo, con poca fluidez en los ataques, síntoma de dos equipos muy necesitados de victorias. Francis Alonso desatascaba el aro rival con esa etiqueta de tirador, el malagueño apretaba el marcador en el ecuador (22-20). Pustovyi descosía la defensa de Ibon Navarro, hasta ahora magnífica, pero sin la capacidad de frenar al pívot, ya sumaba ocho puntos el ex de Barça y Obradoiro.
El ucraniano ponía la puntilla a a primera mitad (30-28), hasta ahora muy difícil de ver e igualada, hasta en el número de pérdidas: diez por bando; y un Pustovyi que ya sumaba 15 de valoración, una pesadilla hasta ahora. En el Unicaja, Abromaitis el más destacado, con 8, y ya con quince minutos en sus piernas, una nueva carga para el estadounidense.
Brussino y Ennis estiraban a los canarios en el tercer cuarto (45-33), la máxima hasta ahora. Primera crisis y seria. Más cómodos los amarillos y un Unicaja obligado a igualar una intensidad perdida en el descanso. 17 puntos encajados en solo cuatro minutos, se sumaba a la fiesta Shurna. Dos triples de Ennis terminaban de romper el partido (53-35); los de Ibon Navarro habían tirado por la borda el gran trabajo defensivo de la primera parte. 23-7 el marcador en la reanudación. Vuelta a las andadas.
Los malagueños volvían a asentarse, aunque el terreno a recuperar era enorme. Alberto Díaz y Kravic reducían la desventaja (55-41); un impasse, con la esperanza de aprovechar un pequeño parcial para llegar con vida al último cuarto. Slaughter cortaba las aspiraciones cajistas (58-43) y diez minutos por jugar.
Un triple de Nico Brussino volvía a poner la máxima (61-43). Los de Porfi Fisac ya iban a controlar el partido hasta el final, muy plácido y un Unicaja inoperante en la segunda mitad. Solo dos puntos en el último cuarto, una anotación camino de ser histórica. Brizuela empezaba a acertar pero ya demasiado tarde (67-53). Albicy y Diop hacían sangre, ya con un marcador muy doloroso para los malagueños (76-59).
