La derrota en Zaragoza puede desencadenar la destitución de Fotis Katsikaris como técnico del Unicaja, un proyecto que no termina de arrancar en los ya trece meses del griego. Juanma Rodríguez le apoyó públicamente hace unos días, pero la mala imagen mostrada ayer en el Príncipe Felipe obliga a tomar decisiones. El futuro del entrenador heleno nunca se había puesto en duda. Hasta hoy. En Los Guindos decidirán en las próximas horas estirar la cuerda, con la perspectiva que un triunfo en Ucrania pueda ayudar, o negociar la rescisión de su contrato, al que recordemos le resta un año.
Con la clasificación copera frustrada y uno playoffs de ACB que se han puesto en chino, la intención de la entidad era apurar este curso con Katsikaris y sentarse a hablar en verano. Quizás otro técnico, bien de otro perfil o una situación contractual distinta, ya habría sido destituido hace semanas. Con el griego no es el caso. Tras las incorporaciones de Mooney y Kravic, se antoja difícil que el club pueda permitirse pagar un despido y tener el músculo para incorporar a otro técnico.
La gran imagen ante Oostende daba alas para un vuelco de dinámica, con un Katsikaris esperanzado para ver, por fin, un Unicaja reconocible: «este es el camino a seguir», afirmaba el técnico el pasado miércoles. Sin embargo, muy pocos esperaban esa falta de actitud y dureza ayer en la capital maña.
Hay poco margen para tomar decisiones, ya que la expedición cajista partirá mañana hasta Ucrania para jugar ante el Prometey. Y el domingo viene el Real Madrid al Carpena. Dos citas antes de un nuevo parón por las Ventanas FIBA.
