El Unicaja ha dado un paso de gigante hacia la Copa del Rey de Badalona. Descomunal partido de los verdes en La Fonteta (67-83) y que refuerza lo visto hasta ahora: un equipo que puede aspirar a cotas altísimas esta temporada. Necesitaba el equipo verde una actuación de tal nivel, en una pista siempre difícil como la Fuente de San Luis, y el cómo se ha producido. Un equipo más que nunca. Porque es la victoria de jugadores que no estaban sobresaliendo hasta ahora; y que ratifica la calidad de un Tyson Carter que se cargó el partido en el último cuarto, aunque sería injusto personalizar el triunfo.
El equipo supo sufrir en la segunda mitad, cocinándolo a fuego lento hasta dar el último golpe en el último cuarto. Un triunfo de madurez y que catapulta a los verdes a uno de los grandes objetivos de la temporada. Balance de 6-3, quinta victoria consecutiva y un proyecto que pinta de maravilla, aunque con un gran margen aún. Este es el Unicaja que todos queríamos ver.
Los porcentajes condicionaron a ambos equipos en el primer cuarto (15-14). Excesivamente fallones, poco ritmo, pero el Unicaja ha demostrado que también es capaz de competir en estas situaciones. Desvergonzado Carter en el ataque de los verdes, magnífico el trabajo de Alberto Díaz sobre Chris Jones, el más peligroso de los taronjas junto a Rivero; también resaltar a Barreiro haciendo labores en la sombra. No muy vistoso el arranque, aunque sí esperanzador para ver a un equipo malagueño asaltando La Fonteta.
Los verdes encontrarían la inspiración en el segundo cuarto. Un parcial de 2-10 provocaría el primer momento de nerviosismo en los de Mumbrú, con pitada incluida. Kalinoski y Ejim, actores principales, y un equipo que iba ganando en confianza con el transcurso de los minutos. Aumentaba la calidad: acciones vistosas de Perry, López Arostegui o Will Thomas, un buen mate acompañado de un mayor grito; gran primera mitad del ala-pívot, sus mejores minutos del curso. Muchos quilates en ambas plantillas. El Unicaja seguía rozando el sobresaliente y una tensión en los valencianos que aumentaba. Kalinoski, bendito virus, colocaba el 23-38 a 3:15 para el descanso.
Un pequeño estirón gracias al bonus de los locales apretaba el marcador hasta el 36-45; un sabor de boca agridulce por los últimos segundos de la primera mitad, pero que no empaña el gran trabajo del Unicaja. Un nivel muy alto en los de Ibon Navarro, serios y haciendo muchos méritos para conseguir un triunfo de mucho prestigio. Mejorarlo en la segunda parte iba a ser muy difícil.
Se daba por hecha la reacción de los taronjas, con Dubjlevic haciendo mucho daño desde el perímetro. Parcial de 12-6, comandado por el montenegrino, y el Unicaja obligado a igualar la energía (49-51). Partido nuevo. Los verdes, ante la ardua tarea de aguantar el chaparrón, buscando recuperar parte de la sensaciones de los primeros veinte minutos. Imperial el capitán del Valencia Basket, con 4/4 en triples, pero sin López Arostegui, ya eliminado por personales. Aguantó el Unicaja gracias a los tiros libres y partido de diez minutos con un todavía favorable 57-61. Todo por decidir, pero asomando los fantasmas de depender en demasía del triple.
No aprovechaba el Unicaja los errores groseros de los naranjas. Sí lo hacía Carter para volver a despegar a su equipo, antes un robo perfecto y canasta de Alberto. Lo paraba Mumbrú con el 57-65, a falta de 7:09. Conseguían los malagueños mantener la renta y neutralizar a su rival, vital un triple de Carter y ya con ambos en el bonus. El escolta daba media victoria a los verdes, de nuevo con un triplazo (63-74, 2:49). Hubo tiempo hasta para un triple de Lima; se lo había prometido a Brizuela antes del partido, decía tras el partido. El Unicaja terminó con un marcador abultado (67-83).
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