Poco se puede reprochar al Unicaja esta noche. Los de Ibon Navarro hoy sí tuvieron orgullo para competir con BAXI Manresa, pero acabaron cayendo en el enésimo desenlace cruel de esta temporada. Thomasson anotó una suspensión a un segundo del final para terminar de desesperar a los malagueños. El base estadounidense puso la puntilla y da a los catalanes billete para esa Final Four de Bilbao, donde ya espera Lenovo Tenerife.
Al Unicaja también le costó entrar en este segundo partido: algo nervioso para sumar, también influenciado por la gran conexión de Dani Pérez con los grandes de Manresa. Thomasson anotaba los primeros siete puntos de su equipo, y un acertado Abromaitis en sus tiros en los locales, también Barreiro haciendo un gran trabajo en ambos lados de la pista (11-11). Entraría un Jaime Fernández que ya es uno más de la rotación, hoy un poco antes que el pasado domingo.
Un arranque marcado por un gran duelo entre Barreiro y Thomasson, el gallego reclamaba más apoyos a la hora de anotar. Moneke daba la primera ventaja a los de Pedro Martínez (15-20), aún con tres minutos de cuarto. Ibon Navarro recurría a Carlos Suárez para asentar un poco la defensa, con Nzosa otra vez fuera de la rotación. Una gran conexión entre Jaime y Kravic cerraba un gran parcial de los malagueños, con la gran noticia de aguantar el ritmo de los catalanes (23-22).
Jaime Fernández es una bendición para este equipo, sin dar muestras de poco ritmo y sí de mucha confianza sobre la pista. La primera vez que Unicaja daba muestras de superioridad en 50 minutos de eliminatoria. Moneke con siete puntos en apenas un minuto volvía a poner por delante a los visitantes (28-29). Una sucesión de canastas con mucha inspiración en ambos equipos, y un Moneke ya con 17 puntos, silenciando al Carpena (32-37). Dani Pérez y Rafa Martínez aprovechaba la inercia de su equipo para que no escampara el diluvio de triples (37-43).
Thomasson y Francisco colocaban la máxima justo antes del descanso (39-50). Brizuela sobre la bocina reducía una ventaja cocinada en pocos minutos (42-50), seña de identidad de este BAXI Manresa: aprovechar un momento de inspiración para romper los partidos. También hoy, y eso que el Unicaja había hecho muchas cosas bien en la primera mitad.
El Unicaja conseguía reducir el ritmo de la anotación de los visitantes, pero sin lograr encadenar un par de acciones seguidas para terminar de engancharse al partido (48-57). Un terreno embarrado que favorecía paradójicamente a los manresanos, escenario opuesto a la primera mitad. Bouteille y Mooney contestaban a Thomasson para apretar el marcador (60-65). Jaime Fernández, con una penetración sobre la bocina, dejaba el marcador en un suspiro a falta de diez minutos (65-69). El Carpena creía en culminar la remontada.
Los malagueños apretaban los dientes, conscientes de echar el resto hasta el final. Bouteille y Mooney ponían por delante a los locales en pleno éxtasis del Carpena (72-69). El parcial solo hacía aumentar y Carlos Suárez dejándose la jeta por un rebote; este es el Unicaja que todos queríamos ver. Bouteille se ponía la capa de héroe para que los malagueños despegaran, pero un parcial de 0-5 obligaba a los locales a coger aire: lo más difícil se había conseguido (77-74).
Mantener esa renta de oro hasta el final, una tarea compleja con muchos factores por manejar; ya con los manresanos en bonus con cinco minutos por delante. Bako colocaba el 84-83 con noventa segundos por disputar. Un último minuto descomunal en cuanto a triples: Mooney y Francisco con dos lanzamientos de tener sangre muy fría. Empate a 89 y balón para Manresa y acabar con la serie. Después Thomasson se encargó de enmudecer al Carpena.