Nunca se habrían imaginado en Burgos una temporada tan caótica. En el Coliseum han pasado de codearse con las superpotencias de la Liga Endesa y ganar la BCL, a tener que atravesar una situación límite para no descender a LEB Oro. Los de Paco Olmos dan por descontado que una derrota ante el Unicaja sería decir casi adiós a la élite. Por ello, la plantilla ha sufrido cambios en las últimas semanas. El último que ha llegado es Cady Lalanne, pívot haitiano, procedente de Corea y con pasado ACB, una de las amenazas que tendrán que neutralizar los cajistas. Ya demostró en el Palau su potencial.
El jugador llegó hace unos días a Burgos con la etiqueta de salvador. Tres finales por delante y con la obligación de ser determinante en los esquemas de Paco Olmos. Físicamente dotado, con grandes capacidades en ambos lados de la pista, y en particular su faceta reboteadora pese a sus 2,06. Con todos los problemas que arrastran los malagueños en la pintura, se antoja clave frenar al ex de BAXI Manresa si el Unicaja quiere conquistar el Coliseum; un pabellón que será mañana un auténtico infierno para los cajistas.
La pasada semana completó un gran debut ante líder de la Liga Endesa: 8 puntos, 9 rebotes y 11 de valoración en solo 18 minutos. Ahora con una semana de entrenamientos, seguro que el pívot asume más galones frente al Unicaja, su equipo lo necesita.
En la 18/19, Cady Lalanne promedió 11.3 puntos y 5.4 rebotes en el Nou Congost; equipo que puede suceder al San Pablo Burgos en la BCL. Mañana los manresanos o Lenovo Tenerife sumarán un nuevo título, mientras que en Burgos no solo habrá resignación por entregar el trofeo sino puede que un incendio en el caso de no ganar a Unicaja; y culminar así una temporada desastrosa.