Se cumplen diez días de la llegada de Ibon Navarro, suficientes para ir perfilando lo que será su nuevo Unicaja. El vitoriano ha caído de pie en Málaga por su carisma, el nuevo aire que ha dado a la entidad y sobre todo por la sensaciones en estos dos primeros partidos, que no han podido ser mejores. Pero lo que más sorprende es el inmenso contraste entre este Unicaja y el de Fotis Katsikaris, ya no solo en la actitud sobre la pista, donde el salto ha sido mayúsculo, sino en cuestiones tácticas.
«La idea de Ibon ha sido solucionar los problemas más importantes que considera: la defensa, el rebote y controlar el campo abierto. Y en ataque quiere que juguemos con más libertad, que corramos todo lo que podamos y a partir de ahí ir construyendo el baloncesto que le gusta a Ibon. Creo que tenemos una plantilla que se acopla muy bien a sus ideas y es el principio de lo que nos ha pedido. El equipo seguro que mejorará con el paso de los días«, así explicaba Darío Brizuela las principales consignas de Ibon Navarro.
Unas nuevas ideas que «han venido muy bien a todo el grupo, en las que hay mucho margen de mejora». El parón viene como anillo al dedo para explotar las virtudes de este nuevo Unicaja; no hay varitas mágicas sino trabajo por delante. Estas dos semanas servirán para ya pasar esa etapa de acoplamiento, incluso el técnico reconocía hace unos días que está en fase de conocer a sus jugadores.