Kendrick Perry se ha ido apagando con el paso de la semanas. Lejos del jugador que maravilló en el Eurobasket hace apenas un mes. Su irrupción en Málaga fue meteórica, quizás contraproducente porque se han generado alrededor de su figura unas expectativas altísimas. No obstante, debe ser un actor principal en este Unicaja 22/23, aún cimentándose, pero que ya ha dejado pinceladas en los cinco partidos oficiales. Una de ellas es la capacidad de liderazgo de Perry: pasan cosas cuando el balón pasa por sus manos. Diferencial cuando se encuentra con la flechita hacia arriba. De momento, hay que esperar.
El bajonazo del Eurobasket no solo ha afectado a Alberto y Brizuela, también a Perry; pese a que Montenegro dijera adiós una semana antes que los campeones de Europa. Una cabeza que hay que refrescar ante tanta carga: ese estrés de liderar a tu selección, con todo el tema burocrático para estar en el Europeo. Días antes no se sabía si iba a ser el elegido, finalmente se impuso a Jonah Radebaugh, jugador de Valencia Basket. Todo eso va pesando. Y sobre el parqué, rondando siempre los 35 minutos, asumiendo de forma brillante el papel de líder junto a Dubjlevic. Ha sido un verano por lo tanto muy exigente para el carismático base, ahora viéndose las consecuencias.
No tuvo el día ante el Real Madrid, una de las causas para que el Unicaja no terminara de hincar el diente al superlativo equipo blanco. Además del pobre acierto en el triple (16%), enfatizar que solo Brizuela tuvo la frescura para mirar a canasta. Perry solo disputó 16 minutos, no anotó una sola canasta de campo (0/4 en tiros), y un doloroso -4 de valoración. Sus medias en estas tres jornadas son 7 puntos, 28.6% en triples y 2.3 de valoración. Registros que no son acordes a la calidad de este jugador.
El Unicaja no volverá a competir hasta este domingo: una visita a Fontajau donde los verdes tienen que aprovechar las dudas del Basquet Girona de Aíto y Marc Gasol. Semana por lo tanto larga por delante y donde uno de los objetivos es volver a acomodar a Perry.