El Unicaja vive un momento de absoluta euforia, con una atmósfera cada vez positiva una vez se van tachando semanas en el calendario. La exhibición del equipo verde en Fuenlabrada, el ya denominado ‘partido de los récords’, ha sido la obra perfecta de este Unicaja de Ibon Navarro; hasta el técnico ya huele que se está construyendo algo importante. Casi imposible mejorar lo que se vio este sábado en el Fernando Martín. Más allá de este partido, lo que parece reivindicado es que este equipo ya tiene ese gen ganador, a falta de demostrarlo en las grandes tardes. Por desgracia habrá que esperar aún meses. Ese ADN se ha ido madurando desde el verano, con fichajes como Will Thomas o Djedovic, jugadores que han fomentado esa química que se careció en años anteriores, casi figuras parentales. También la inyección de los campeones de Europa.
«Nuestro plan es ese. Conseguir una unidad tanto dentro como fuera de la pista, y que el año pasado no lo conseguimos. Y llevar esa capacidad de competir, que hemos heredado de Rudy, los Hernangómez… toda la Selección, a Málaga porque es muy importante para la competición», avisaba Darío Brizuela tras llegar a Málaga con la medalla de oro bajo el brazo. Un 20 de septiembre. Hay que decir que ese plan está saliendo a la perfección, con la inestimable ayuda de Alberto Díaz; almas gemelas y dos jugadores que han cogido mucho peso en el nuevo vestuario cajista.
Casi tres meses después, el Unicaja es tercero en Liga Endesa, virtualmente clasificado para la Copa y con los deberes hechos en la primera fase de BCL; sin olvidar por supuesto la racha triunfal que acumulan los malagueños desde el 23 de octubre, la última derrota en Badalona. Se ve lejísimos aquello. A partir de ahí, ocho victorias consecutivas, donde en la mayoría de ellas se ha arrollado al rival. En el horizonte más cercano, el ambicioso reto de mantener la imbatibilidad en Europa y visitar el Palau el próximo domingo. ¿Y por qué no?
Alberto y Brizuela cumplieron con lo prometido en su día. Parecía un discurso de cara a la galería, algo tribunero por qué no decirlo, pero nada de eso. Son dos jugadores que no solo han aportado sobre el parqué, también en las cabezas del resto.
