Y al fin, después de una caída en barrena en la que no se atisbaba el suelo, el Unicaja consiguió agarrarse en la cancha del Fuenlabrada para sumar su primera victoria en 2021. Es también la primera de Fotis Katsikaris desde que sustituyera a Luis Casimiro. Y, por supuesto, es un triunfo que sirve para acabar con las diez derrotas consecutivas.
El triunfo por 68-85 llegó gracias a varios jugadores. Por números, el más destacado sería Deon Thompson, con sus 14 puntos y 18 de valoración. O Brizuela, también con sus 14 puntos. O Jaime, con 12. Pero a Nzosa no le hizo falta sumar dobles figuras en anotación. Se quedó en 6, pero añadió 6 rebotes y 4 tapones y, sobre todo, una actuación sublime en ambas zonas con las que contrarrestó a los Sharma o Alexander. El chaval juega igual sea cual sea su rival. Y progresa a pasos agigantados para ayudar a la mejora del Unicaja.
Los de Katsikaris arrasaron desde el primer cuarto. Dejaron atrás todas sus dudas y apabullaron a su rival, sorprendido por la eficacia y la energía de los verdes. El 12-30 no deja lugar a dudas de lo que pasó en esos primeros diez minutos, donde Thompson mostró lo bueno que puede ser. Si tuviera regularidad, lo mismo no haría falta otro pívot. A destacar también a Jaime Fernández, que jugó e hizo jugar.
A partir del segundo, la claridad ofensiva de los malagueños desapareció. En parte porque, era lógico, los de Juárez se pusieron las pilas. Sólo Urtasun había demostrado cierto interés en el encuentro hasta ese instante. Y aunque se unió Sharma, no fue suficiente para reducir la gran ventaja del Unicaja. 29-45 al descanso.
Tras el paso por vestuario siempre queda la duda de qué actitud mostrarán los pupilos de Katsikaris. Los terceros cuartos les sientan fatal. Pero las rotaciones continuaron funcionando. Abromaitis y Bouteille tomaron el relevo mientras Alberto Díaz seguía forzando pérdidas en los madrileños. Y Nzosa intimidaba, y de qué manera, a sus pares. Increíble lo del chaval.
Parecía todo el pescado vendido en el último acto ya con 22 puntos de distancia en el electrónico. Mas había que sellar el triunfo. Y el Fuenla no es de los que se rinde. Ni tampoco el Unicaja es de los que cierran los partidos. Pero en esta ocasión sí lo hizo. Perdió el cuarto, gracias a un gran esfuerzo de Eyenga, un ex. Brizuela, sin embargo, tomó la responsabilidad para dar respuesta y, ahora sí, conseguir una victoria que se resistía desde final de diciembre.
Buenas sensaciones, especialmente en defensa, las que dio un Unicaja justo antes del parón en Liga y de la eliminatoria de Copa ante el Barcelona. Palabras mayores.