El Málaga parte de la teoría de que contará con un tope salarial de unos 4 millones de euros, lo que sale a una media de 200.000 euros de sueldo por jugador. Podría llegar a ser hasta de 6 en función de los traspasos, de la reducción de salarios y de una normativa de LaLiga. Esta última permitiría un gasto en la configuración de la primera plantilla de un 20% más de lo establecido.
Suponiendo, porque aún no hay nada completamente definido, que finalmente se le permita inscribir a unos 21 futbolistas como máximo, el objetivo del administrador judicial es que la media salarial sea esa citada de 200.000 euros por cabeza.
No es que cada futbolista cobre esa cantidad. Pero si hay uno que perciba el mínimo profesional de 80.000 euros, por ahí habrá un ‘ahorro’ de 120.000 que podría sumarse a la ficha de otro jugador que podría percibir 320.000. La media, eso sí, se establece en esa cifra de 200.000 euros por jugador.
De ahí la rebaja tan sustancial que se le ha propuesto de un 80 o incluso 90% a todos aquellos que están por encima de esas cantidades. De otro modo, será inviable su continuidad. Entre otras cosas, porque el Málaga ni estaría en disposición de inscribirlos ni tampoco de pagarles.
