Paula García dirá adiós a las pistas este viernes, una decisión de la que se siente «segura tras mucho tiempo trabajando». La todavía pivote del Costa del Sol Málaga reconoce que los problemas de espalda le han llevado «a priorizar mi salud». Cuelga las zapatillas a los 33 años, con un gran historia en el club malagueño: más de cien partidos a sus espaldas y pilar de los grandes éxitos de ‘Las Panteras’ en los últimos años. Además de contar con una amplia carrera internacional.
«Sí, estoy segura. Es una decisión que llevo trabajando mucho tiempo y creo que ha llegado el momento de afrontarlo. Ahora a por el siguiente reto. Me lo pedía la cabeza, cuerpo, al final mi tema de la espalda ha sido un condicionante: si no llega a ser por eso, me quedaban años de balonmano. El problema es cuando te vienen esos dolores, por lo que ya ha llegado el momento de priorizar mi salud. Qué mejor momento que elegir esta decisión cuando el club está en auge».
«Ni en mis mejores sueños lo habría imaginado. Cuando te sumerges en el deporte profesional, te planteas su algún día puede pasar. En el Carpena fue un verdadero regalo, lo que vemos en la televisión en Alemania por ejemplo en balonmano masculino. Súper agradecida que hayamos podido vivir eso antes de dejarlo», decía la granadina.
Mejores momentos de su carrera: «Es complicado porque son muchos, en varios clubes además. Creo que elegiría la Copa de la Reina en Ciudad Jardín en 2018. El pase a semifinales fue histórico para el club y fue muy cargado emocionalmente. Luego también en Alhaurín de la Torre por el ser el primer título nacional para el club. Esta última la he vivido con especial cariño. Me quedo con mi debut en la selección: tuve la oportunidad de jugar Europeo y Mundial. Hay un clasificatorio que guardo un gran cariño: el de San Sebastián ante Alemania, era mi cumpleaños además. Fue muy bonito».
Momento de la despedida: «Habrá una explosión de sentimientos. Hay que vivirlo y disfrutarlo. Seguro que mezcla de alegría y tristeza… y una etapa que se abre. Ojalá podamos ganarlo y despedirme con el mejor sabor de boca». Jugará su último partido este viernes ante Liberbank Gijón. Está en juego conseguir el subcampeonato de la Liga Guerreras, el que sería el mejor resultado del club en su historia.
Futuro: «No voy a descartar entrenar, aún no me ha llamado la atención. El balonmano es mi pasión y no me gustaría cerrarme en banda. Mi futuro laboral es la enfermería, poco a poco, ojalá que aquí en Málaga».
Una avalancha de mensajes: «Ha habido bastantes, por eso me siento tan afortunada. Que trasmitas a la gente que no te conoce, te enorgullece y es gratificante. Pero esos que te vieron desde el principio y te siguen acompañando, siempre llena más. He recibido muchos desde ayer».
Una fan más: «Por suerte o desgracia, he tenido suertes de larga duración y me ha tocado vivirlo. He estado bastante tiempo en la grada. Ahora no va a ser por lesión. Voy a llorar hasta más que jugando. Intentaré controlar los nervios».