Muchas selecciones tienen muy claro que la medida de su evolución es la resistencia y dificultad que planteen a rivales como España cuando se enfrenten a ellas. Finlandia es uno de esos ejemplo. Su fútbol sala evoluciona adecuadamente y, de hecho, cada vez plantan más cara a dichos contendientes. A la selección, incluso, ya la han ganado en una ocasión.
Fede Vidal, seleccionador nacional, tenía muy claro que el partido de ayer en Tomelloso iba a responder al guión de tener que madurar mucho a un rival que se plantaría en su zona y que trataría de aprovechar sus oportunidades. Vidal apostó por el trabajo de los pívots como una de las armas que le podrían facilitar el camino hacia la victoria, y la presencia de los debutantes Pablo Ramírez y Gordillo acabaría dándole la razón.
Pero este argumento para atacar la resistencia finesa no daría resultado hasta el segundo tiempo, ya que los nórdicos se plantaron bien ante Koivumaki y resistieron los intentos de los españoles, que lo probaron todo: ataque con pívots, de cuatro, y rotaciones continuas. Pero de nada sirvió que España estrellara dos remates en los palos y tuviera dos disparos cruzados.De hecho, Finlandia consiguió, con un escorado remate de Pikkarainen sorprender a Jesús Herrero y ponerse por delante en el electrónico.