Inicio Polideportivo La lluvia firma las tablas con el Generali Maratón de Málaga

La lluvia firma las tablas con el Generali Maratón de Málaga

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Lluvia, lluvia y más lluvia. Todos esperaban en Málaga que este domingo fuese uno de esos días en los que el agua, más necesaria que nunca tras uno de los veranos más secos de la historia, fuese protagonista. Y así fue cómo el cielo, encapotado y gris, respetó hasta poco después de que se diera la salida de la prueba y comenzó a descargar agua sobre una ciudad que se había vestido de gala para su maratón, el Generali Maratón de Málaga.

Toda esa precipitación se transformó en un torrente de energía y fortaleza, la que mostraron los casi 8000 participantes de la prueba, repartidos a partes iguales entre el maratón y el medio maratón. Y de todos ellos, dos destacaron por encima del resto. Barnaba Kipkoech y Risper Chebet se convirtieron en los grandes protagonistas de la jornada imponiéndose en una prueba en la que la lluvia condicionó pero no impidió, firmando así las tablas con el Generali Maratón de Málaga.

Antes de que finalizase la acción con los maratonianos, el domingo tomó un cariz sonriente con la histórica victoria de la francesa Woldu Mekdes en el medio maratón con 1:08:25, nuevo récord de su país rebajando la anterior plusmarca nacional en 9 segundos. La atleta aventajó en 5 segundos al malagueño Cristóbal Valenzuela, que se hizo con la segunda posición en la clasificación general y la primera entre los hombres. Bajo la intensa lluvia y siempre con la habilidad de pisar sobre las zonas menos encharcadas del asfalto fueron avanzando los corredores, comandados a ritmos cercanos a 3 minutos el kilómetro por los atletas de élite en categoría masculina. 15:08 los primeros 5 kilómetros, 29:56 al paso por el 10K… Volaban sobre el asfalto y el récord de la prueba (2:07:39, Mark Korir en 2021) pendía de un hilo. También las mujeres, con pasos de 16:39 y 33:22, amenazaban constantemente la mejor marca sobre este trazado, fijada por Tseginesh Legesse el año pasado con 2:24:50.

A medida que avanzaba la carrera, la lluvia incrementaba su virulencia, sin amenazar el ritmo de los atletas pero sí comprometiendo su estabilidad en algunos de los giros del trazado. Etíopes como Abdi Asefa o Abera Kuma, kenianos como Wilfred Kimeli o Noah Kigen o el brasileño Jonathas de Oliveira conformaban un grupo de cabeza de 13 unidades y que, como siempre en esta prueba, atravesó de forma vertiginosa el medio maratón en 1:03:32. Por entonces ya se había descolgado el estadounidense C. J. Albertson, poseedor del récord del mundo de los 50 kilómetros en ruta.

Las mujeres no corrían, volaban. Su previsión en meta era de 2 horas 21 minutos cuando pasaron por el 10K. En ese momento el grupo ya se había disuelto en mil pedazos y solo dos atletas, la keniana Risper Chebet y la etíope Birke Debele, aguantaban en cabeza de carrera. Eran las favoritas y lo estaban demostrando. Pero Chebet quería más y se fue antes del paso por el medio maratón, atravesando el ecuador en 1:11:06. ¡Quería destrozar el récord! Debele lo hacía en 1:11:57 y Caroline Kilel, la otra gran favorita, lo hacía en 1:12:21, también más rápido que el ritmo del récord de la carrera. Comenzaba la parte más dura de la prueba y el viento se sumaba a la lluvia para complicar la tarea de los atletas.

El grupo masculino siguió compacto hasta los últimos kilómetros de la carrera, siempre a ritmo de récord. De trece pasaron a ser diez, de diez a ocho, de ocho a cuatro en el kilómetro 38 y a partir de ahí la prueba se convirtió en un monólogo del keniano Barnaba Kipkoech. Poco a poco el ritmo se iba ralentizando coincidiendo además con la parte más revirada y resbaladiza del trazado. Se seguía soñando con el récord de la prueba y Kipkoech peleaba por él con ahínco. Pero esos últimos kilómetros a lo largo del mármol pulido de la Calle Larios provocaron que el ritmo del keniano se ralentizase para cruzar la línea de meta con un espectacular tiempo de 2:08:19, a 40 segundos del récord de la prueba. Segundo fue Abdi Asefa con 2:08:51 y tercero Mathew Kibiwott con 2:09:19. Seis atletas rompieron la barrera de las dos horas y diez minutos.

En féminas, Chebet seguía atrayendo todas las miradas con una zancada extraordinaria. La keniana, siempre en solitario y acompañada únicamente por la liebre dispuesta por la organización, atravesaba la parte más comprometida del recorrido con muestras de evidente flaqueza después del esfuerzo. El récord se escapaba en cada zancada y encaraba la línea de meta para romper la cinta de la línea de meta cuando el reloj indicaba 2:25:11. Segunda fue la etíope Birke Debele con 2:28:12 y tercera, tras una espectacular remontada, la finlandesa Alisa Vainio con 2:28:40.

Tras los atletas de élite fueron llegando a la meta, cada uno con su historia, los miles de corredores que se citaron en la ciudad para cumplir sus retos. Entre ellos el malagueño Dani Rovira, uno de los embajadores de la prueba junto a su asociación Ochotumbao. También el presentador Raúl Gómez, ‘Maratón Man’, que eligió la ciudad para hacer una muesca más en su particular cinturón maratoniano. Y Carlos, Lucía, Chris, Caroline, Marta, Ahmed o Juan. Corredores anónimos que permitieron que su sudor se mezclara con la lluvia que cayó sobre la ciudad en un día que ellos y el maratón de la ciudad recordarán por siempre.

Se cierra así la duodécima edición del Generali Maratón de Málaga. El de la “no suspensión”. El del aguante y la resiliencia. El que ha vuelto a demostrar que esta prueba es una de las grandes gracias a los corredores que cada año se citan en la ciudad para ponerse un dorsal pero también por el esfuerzo organizativo e institucional que han convertido al evento en una referencia nacional e internacional. Y como dice el eslogan del principal patrocinador del evento: Generali, Contigo Todo.

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