La gallega amplía su contrato por una temporada más con el club y cumplirá siete años en Málaga.
Estela Doiro fue la primera piedra del ciclo dorado del Costa del Sol Málaga, la pieza del puzle que le ayudó a subir un peldaño. Luego el desarrollo se aceleraría de manera exponencial. La gallega fue ese primer gran nombre que acabó en el equipo malagueño, allá en la era pre pandemia. Desde el 2019 a hoy, aunque los caminos seguirán juntos al menos hasta el 2026. El club y la primera línea de La Guardia han llegado a un acuerdo para ampliar el contrato por un año más, por lo que serán siete las temporadas de la jugadora con las panteras. Un emblema blanco y negro que continuará ampliando su leyenda en Carranque, el lugar donde más tiempo habrá permanecido en su carrera.
A la gallega y al club les une una relación estrecha, que con el paso del tiempo ha sobrepasado la pista. Sus palabras así lo transmiten. «Es lo mismo que vengo diciendo durante este tiempo, estoy muy a gusto. Este año Málaga se ha convertido también en algo más que balonmano, también está siendo mi casa, mi plan de futuro. Creo que el quedarme aquí no sólo se vincula con el balonmano sino con mi vida. Ha sido una decisión muy sencilla. Quiero seguir jugando al balonmano, quiero estar al menos un año más; sé que mi tiempo se va agotando, que tengo que abrir otras puertas y que una ya está abierta», asegura la ‘6’, que compagina esta actividad profesional con su labor de docente en un colegio de la provincia a sus 34 años: «Voy a continuar un año más disfrutándolo, peleando por este club al que de verdad que tengo grabado en mi corazón y es super importante en mi vida. Quiero seguir apostando por él y disfrutando de este camino aquí».
No baja un milímetro la línea del deseo de grandeza la lateral izquierdo, capital en los cinco títulos que lucen las vitrinas malagueñas. «Es lo que pasa en el deporte, unas vienen y otras se van. Te da mucha pena porque hay muchas compañeras que quieres y son amigas y da pena que no estén contigo. Pero esto es deporte y la vida, cada uno tiene que buscar su camino, lo que dese, lo que quiera y le haga feliz», reflexiona la jugadora, crucial en el crecimiento y consolidación del club en el nivel más alto: «Las que seguimos tenemos que seguir apoyándonos entre nosotras, demostrando que estamos aquí por y para el club y que las metas van a ser las mismas que las que tenemos hasta entonces. Desde que llegué el proyecto era claro, siempre tuvimos el objetivo de estar arriba y optar a los títulos y la dinámica que tiene el club va a ser la misma. Aunque no sigan jugadoras, vendrán otras que intentarán hacerlo igual de bien o mejor si cabe, ayudando para estar en esos puestos de arriba que es el objetivo que tenemos». Costa del Sol Málaga y Estela Doiro, una alianza feliz.