Manuel Santana fue el gran pionero del tenis español, el hombre que abrió el camino a los Rafa Nadal, Garbiñe Muguruza, Paula Badosa o Carlos Alcaraz. El mayor hito de su carrera fue la conquista del torneo de Wimbledon en 1966. Aunque no fue el primer Grand Slam de su carrera, sí fue el triunfo más sonado del tenista madrileño, a causa sobre todo de la gran tradición y el prestigio del torneo londinense.
Santana se dio a conocer a nivel internacional en Roland Garros, torneo que ganó en 1961 y 1964, en ambos casos tras batir en la final al italiano Nicola Pietrangeli. En 1965 conquistó el US Open, un torneo entonces exótico para el aficionado español al deporte, pero fue el triunfo en Wimbledon (1966) el que alcanzó más relevancia tanto en España como a nivel internacional.
Santana llegó a Wimbledon 1966 como cuarto cabeza de serie del torneo, con el australiano Roy Emerson como primer favorito. El español, que por entonces competía con una camiseta con el escudo del Real Madrid (el club blanco tuvo sección de tenis durante casi tres décadas), quedó ubicado en la parte superior del cuadro.
No tuvo Santana, un experto en tierra batida que poco a poco fue puliendo su juego en la red hasta dominarlo con maestría, excesivos problemas para superar las primeras rondas. Ganó su primer partido tras la retirada del japonés Watanabe (el español había ganado los dos primeros sets), en el segundo se deshizo por la vía rápida del canadiense Belkin, sufrió algo más ante el americano Riessen en el siguiente cruce (10-8 en la tercera manga) y se vio favorecido por otro abandono, el del inglés Wilson, en cuarta ronda, también con dos parciales ya a favor del español.
La cosa se empezó a complicar en cuartos de final. Su primer rival fue el australiano Ken Fletcher, un consumado doblista, que le exigió cinco sets: 6-2, 3-6, 8-6, 4-6 y 7-5. Otro ‘aussie’, Owen Davidson, esperaba en semifinales, y de nuevo Santana hubo de exprimirse al máximo para lograr la victoria en cinco sets: 2-6, 6-4, 7-9, 6-3 y 5-7.
