«Sin amor propio no se debe ir por el fútbol»

Debe ser que yo ya soy muy mayor y he jugado además de vivido un fútbol de
otra época y con otros valores.

Pero tanto a los más jóvenes como a los de mi generación no les sorprenderá
que les explique que, Borja “desagradecido vividor” Bastón en mis tiempos, no
sólo no habría marcado dos goles sino que después de un marcaje férreo, le
hubiese sido difícil terminar el partido.

Y es obligación del entrenador José Alberto López y de quienes le asesoran
conocer la historia reciente del club, para que un impresentable cuyo rendimiento
en el Málaga CF fue una vergüenza no pueda campar a sus anchas sobre el terreno
de juego después de  insultar de la forma que lo hizo a Málaga y a su afición.

Porque lo que hizo este futbolista con sus declaraciones de la semana pasada fue
faltar el respeto al club que le pagó pese a su ínfimo rendimiento, a la afición que lo
sostiene y a la ciudad que representa.

Así que, mucho menos de ser yo el entrenador, mi equipo habría regalado un nefasto
primer tiempo frente al equipo de semejante personaje, y desde luego, el “asqueado”
nueve asturiano difícilmente  habría tocado balón.

El equipo de la capital de la Costa del Sol, aunque no mereció perder, una vez más
disputó un encuentro incompleto que inició mal y terminó peor.

En los primeros 45 minutos los blanquiazules con el once inicial presentado sobre el
Carlos Tartiere fueron incapaces de controlar el juego y apenas si inquietaron al
guardameta ovetense. Así que la primera vez que “asqueado” Bastón se desmarcó de su par, aumentó al desaire al club al que la falta de sus goles le condenó al descenso a la categoría de plata del fútbol patrio.

Impensable desde luego en un tiempo no muy lejano y en el denominado “otro” fútbol. Puestas así las cosas el míster malaguista, cuyas visitas a su tierra asturiana no le
ha permitido brindar con sidra ni siquiera un mísero empate, no le quedó otra que
realizar cambios y agotar pronto la ventana de los mismos.

El conjunto costasoleño recuperó entonces el control del juego pero como juega sin
un hombre gol, las habilidades del “genio” Manolo Gaspar le llevó a fichar uno cuyo
histórico de lesiones es evidente y, a mantener  otro cuya lesión le impidió jugar hasta
ayer, pues ese dominio permitió empatar pero no voltear el marcador.

Y pese a dos palos, infortunio que persigue al club malacitano esta temporada, los
blanquiazules terminaron perdiendo el encuentro fieles a la falta de amor propio y a
poner sobre el césped ovetense los supuestos atributos que ocupan las entretelas.

No se entiende sino que en las postrimerías del envite, dejasen otra vez sólo delante
de Dani Martín al desagradecido Bastón, para que de cabeza marcase el gol que
sentenció el duelo.

Dos preguntas en el aire: ¿qué hacía aún sobre el terreno de juego este individuo
sin un mal rasguño futbolístico sobre el césped? ¿Quién fue el inútil que perdió su marca en una jugada tan absurda y falta de concentración en la zaga costasoleña?.

Otro encuentro sin ganar fuera de casa y un club que institucionalmente es incapaz de
defender a su estrella Kevin, que termina hecho un Cristo cada partido, con la anuencia arbitral de turno y el nulo peso de los actuales mandatarios del Málaga CF en la zona noble futbolística de nuestro país.

Ahí quiero ver al Administrador Judicial, José María Muñoz, haciendo las veces de Presidente que si se permite el lujo de realizar en otras cuestiones que no le competen. Si consigue que nos respeten las instituciones del fútbol español como lo hicieron cuando el Presidente blanquiazul fue Fernando Sanz, su actual labor ya sería más que elogiable.

¡MEMORIA, COMPROMISO Y FE!, sobre todo esto último.