El partido del Málaga en Zaragoza acabó en el minuto 35. Fin. Aquí podría terminar la contracrónica de esta del encuentro de esta semana entre los maños y los malaguistas. Lax Franco la lío demostrando que este apellido en el mundo del arbitraje siempre va a tener miga. Para quien no lo sepa, un colegiado apellidado así acabó provocando que a los árbitros se les llamase por los dos apellidos para no enfadar al por entonces dictador de España.
La roja a Kevin Medina no tiene ningún tipo de sentido. Aunque siendo justos, el del Llano de la Trinidad tiene que aprender de esta acción en la que intentó regatear a tres rivales en su campo. No es roja, pero forzar la maquinaria así le llevó a una acción comprometida que un mal árbitro no tuvo ni idea de interpretar. Mientras el partido fue de once contra once, el Málaga demostró que es con diferencia el equipo más ‘porculero’ de la categoría. Hay que hacer muchas cosas para ganarle.
Y es que eso es lo único que Lax Franco ha hecho bien. Su roja sirvió para exponer de nuevo que a solidaridad a este Málaga no le gana nadie. El Racing es el líder de LaLiga, pero el equipo de La Rosaleda es el que gana a coraje, compromiso y algunas cosas más. Estoy deseando que llegue el fin de semana que viene para que el estilo de los cántabros y el de los malaguistas se ponga frente a frente. Ante un Zaragoza potente, con 10 hombres y fuera de casa, el Málaga demostró que a pesar de su juventud en plantilla y de muchas cosas más, es un equipo que se ha aclimatado perfectamente a la exigencia de la categoría. Una Segunda División que no hace presos y donde los blanquiazules se mueven muy bien en todos los registros.
Este Málaga si tiene que atacar, ataca. Si tiene que encerrarse, se encierra. Si tiene que jugar por dentro lo hace y si hay que sacar el balón a la banda tampoco tiene problema. ¿Hay que lucirse? pues se luce y si hay que correr para atrás todo el rato lo hace. No se le da suficiente valor a lo que esto significa. Incluso perdiendo, esta plantilla siempre te da la sensación de haberse dejado la piel. Está claro que el estilo Pellicer te puede gustar más o menos, pero lo que ha logrado a nivel de compromiso me atrevería a decir que jamás lo hemos visto antes en un equipo malaguista, bueno sí, el Málaga de las 18 fichas. Curiosamente también lo entrenaba Pellicer.
En fin, lo dicho. Lax Franco solo ha hecho una cosa bien y es demostrar otra vez que este equipo malaguista está hecho de otra pasta y que este año nos vamos a divertir y a sentir orgullosos cada fin de semana ocurra lo que ocurra al final de los 90 minutos. Espero que Lax Franco coma un poco de hielo de la nevera cómo lo habría comido cualquiera de los malaguistas si nos ponen en sala de prensa a hablar tras el partido.