«Vivo en la carretera, adentro de un autobús. Vivo en la carretera, aparcado en un blues”.
La canción que canta nuestro gran artista y cantante granadino Miguel Ríos tiene muchas más estrofas desde luego, pero me sirven de momento estas para comenzar mi opinión de hoy. Porque la canción es repetitiva en su deambular por las carreteras españolas para la gira de conciertos del genial cantautor, al igual que los planteamientos tácticos y las posteriores ruedas de prensa de Pepe Mel, actual técnico blanquiazul.
EL BLUES DEL AUTOBÚS de Pepe Mel se resume en once puntos logrados de treinta y seis posibles, contra los tres puntos logrados de dieciocho posibles por Pablo Adrián Guede. Conste que no justifico a uno con el otro porque los responsables de la nefasta planificación de la temporada como ya saben han sido Manolo Gaspar, director deportivo todavía del club, y el propio Guede, además del Administrador Judicial, José María Muñoz, que permitió a los autores del desastre de la temporada anterior seguir en sus puestos.
Pepe Mel ha venido a tratar de apagar un incendio que él no ha provocado pero si no logra extinguirlo desde ya, hay que buscar soluciones que le ayuden a conseguirlo o un relevo que intente el milagro. Porque cada vez es más difícil conseguirlo y no se logrará con esta media de puntos. Para bien o para mal, estos son los futbolistas que tienen que sacar al conjunto malaguista del atolladero en el que lo han metido así que habrá que apoyarlos en masa el próximo jueves en La Rosaleda.
Sobre todo después de que un lumbreras decidiese vender a 15 euros la entrada a la afición granadina para que asistan en masa al estadio de Martiricos y puedan animar a su equipo justo cuando nos estamos jugando la vida. Como se suele decir: “solo el necio confunde valor y precio”.
En un momento como este, hay que blindarse pero ni siquiera eso se comprende en el actual Málaga CF. El BLUES DEL AUTOBÚS de Pepe Mel empieza a parecerse a un deja vù como el de Miguel Ríos pero en versión monótona y sin ritmo alguno. Sus declaraciones después del partido me dejan muy preocupado, pues si el planteamiento de cada jornada es esperar el fallo del contrario, regalarle el esférico y el control del partido al rival, para cuando se descuide asestarle un golpe definitivo, entonces la traducción simultánea es: “jugamos a no perder, y cuando se juega a empatar se suele perder”.
Cambiar de entrenador con las tres jornadas que vienen ahora es absurdo y sería de una grave irresponsabilidad pero si esto sigue así habrá que tomar alguna decisión que evite lo peor.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.
El problema no es de entrenador , yo creo que es de jugadores desiquilibrantes.
Son los que al final desequilibran a las defensas y crean espacios y permiten disparos y ocasiones de gol, ese tipo de jugador no lo tenemos.
Yo me imagino este Malaga con Joaquin Muñoz y Rasmahni en ataque ese es el tipo de jugador que creo necesitamos.
En mi recuerdo esta un partido contra el Granada en la Rosaleda,que terminamos el primer tiempo perdiendo 0 1 y el Granada parecía un equipo sólido y difícil de hacer gol.
Salió Samu Castillejo que con sus regates y juego desarbolo por completo lo que parecía un equipo inexpugnable.
El Granada ya era un equipo bulgar.
Por supuesto ganamos.
Coincido totalmente con lo que pone Antonio Jesús Merchán en este artículo. «El Blues del autobús» -en versión 2022- consiste en encerrarse atrás, colocando el autobús en el centro del campo y renunciando a crear juego por las bandas, ya que no utiliza extremos Pepe Mel en vez de salir de inicio con Hervías y Fomba. Otra cuestión es qué este Ultra sistema deja a Rubén Castro en solitario arriba como Robinson Crusoe en la isla, cuando por su edad, no puede jugar a estar corriendo todo el tiempo en busca de balones lanzados en largo: el lugar de proporcionarle pases desde los extremos se le tiene condenado al ostracismo, con la consiguiente desesperación, del veterano rematador, que parece ya dar por hecho la inutilidad de ese cobarde sistema de juego. Insisto un día más en que Loren necesita jugar como mínimo media hora acompañado de extremos.
Lo grave del asunto es que Pepe me parece, no haberse dado cuenta de que el Málaga así no va a salir jamás del bucle cuántico en que ha entrado sin saber salir de este «día de la marmota» perdedora. Sabiendo que Manolo Gaspar es el culpable de la descompensación de esta plantilla pero no hay quien lo baje del burro porque José María Muñoz ni sabe de fútbol ni se le espera… la única solución viable es volver a intentarlo con otro entrenador como Antonio Tapia o Boquerón Esteban. Decía Einstein, que la estupidez consiste en esperar resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Si Pepe Mel no está sabiendo utilizar las piezas de que dispone en el tablero. Habrá que hacer el cambio ya, sin esperar al mercado de invierno.
El problema no solo es de jugadores desequilibrantes, es de defensas ineptos como Javi Jiménez que es el.mayor exponente,Juanfran,Esteban burgos… Que siempre cometen fallos graves que nos cuestan los puntos, solo sin esos fallos y sin haber desequilibrado estaríamos con unos 20 puntos, es decir mal pero fuera del descenso, el equipo es un desastre en ataque pero aún más en defensa
Pepe Mel out!!
El problema de este Málaga es que no tenemos equipo, así de simple.