«Alta tensión y poco voltaje»

El Málaga y el malaguismo ya sabe cuál es su verdadera realidad. Lejos de los deseos de conseguir el ascenso directo, el Castellón dejó claro sobre el césped de La Rosaleda que para optar al primer puesto no basta con apelar al atrevimiento que puede darte la juventud que abunda en la plantilla blanquiazul. No es suficiente, y aunque sigo pensando que el Málaga es candidato al ascenso, no será de otra forma como se opte a lograrlo que apelando al duro camino de las eliminatorias a doble partido. Lo de subir como primero por la vía rápida, ahora mismo, es una quimera y el Castellón, con su victoria en La Rosaleda, lo dejó claro dando un golpe sobre la mesa. Por momentos, el partido entre malaguistas y castellonenses era el fiel reflejo de una lucha entre niños voluntariosos contra hombres letales, y pasó lo que, lamentablemente, tenía que pasar: los tres puntos se fueron a tierras levantinas.

Después del batacazo en Ceuta, el malaguismo tildaba el partido contra el Castellón, como de ‘Alta Tensión’ conscientes de lo mucho que había en juego tanto deportiva como anímicamente. La afición, una vez más, se volcó con los suyos con el recibimiento al autobús, apoyo constante desde las gradas, sin desánimo, con fe hasta el final, esperanzada en sumar los tres puntos para recortar distancias con el primer puesto y mantener el ritmo del segundo, el Ibiza, o con sumar un punto como mal menor, pero el equipo terminó el partido como ha comenzado el año 2024 con Poco Voltaje.

Una vez más, jugar en La Rosaleda se ha convertido en un castigo. Estoy seguro que Pellicer con la implantación del novedoso sistema con tres centrales, no encontró lo que buscaba. El partido fue un ida y vuelta, sin control en el centro del campo, y el Castellón, en el intercambio de golpes, demostró que a día de hoy está en un escalón por encima del Málaga. Tras el gol de los levantinos, Pellicer intentó reaccionar ante sus paisanos, pero no se produjo ni por asomo. Los cambios de sistema de juego y de jugadores no dieron resultado. Sin creación de ocasiones y sin tirar a portería, pocas opciones hubo para darle la vuelta al marcador o, como mal menor, sumar un punto. Esta historia, tristemente, ya se ha repetido en muchos partidos esta temporada.

Amigo lector, cuando escribo esta columna nada más terminar el partido dominical, el Málaga solo ha anunciado una incorporación a la plantilla. El fichaje del extremo David Ferreiro, sin apenas ritmo de competición y con un lastre de lesiones en el Cartagena, genera pocas ilusiones salvo si buscamos un rayo de esperanza por su etapa anterior en el Huesca. Allí fue donde vivió sus mejores momentos, esos que deseamos ver en el Málaga. La experiencia nos dice que hay que dar un margen de confianza para dar un veredicto sobre un fichaje, y ojalá Ferreiro sea lo que necesita el equipo, pero cada vez queda menos para acabar el mercado de fichajes y el equipo necesita mucho más. Como mínimo un delantero y, si me apuran, un jugador de medio campo con visión de juego porque Sangalli y Juanpe no encuentran la continuidad como consecuencia de las lesiones. Sr. Juarros, el tiempo se le echa encima y al equipo, el tiempo, no le sobra.

José Manuel Velasco

Redactor Onda Cero Málaga