José Luis Schneider, expreparador físico blanquiazul, pasa por el micrófono rojo para contar su experiencia en el fútbol rumano. Ahora milita en el Rapid de Bucarest, club histórico de la capital. Con la esperanza de volver a su casa «cuando se pueda». Schneider trabajó trece años en Martiricos y en enero de 2020 decidió irse al extranjero.
Con un ojo puesto en Martiricos. «Pues con mucho cariño recuerdo mi etapa, siempre mirando cómo esta el club, renovándose y toda esa situación mala que ha tenido económicamente. Que consiga sus objetivos y pueda volver a Primera División».
Confiado en que José Alberto le de la vuelta. «Espero que sí. Al final cuando viene un entrenador nuevo y tantos jugadores, no siempre se entra con buen pie, dentro de que no esta mal clasificado. Hay que acotumbrarse a muchas cosas. En ese proceso se encuentra el equipo. Seguro que estará cerca de los puestos de playoffs este año».
La decisión de marcharse. «Llega un momento en el uno se queda en un segundo plano en el equipo de su tierra o hacer un cambio y probar una nueva experiencia. Me fui con todas las puertas abiertas del club, cosa que agradezco; en un futuro por qué no volver».
Poner el sello desde el primer día. «Allí tienen mucha influencia de preparadores físicos italianos. Los entrenamientos son mas físicos, basados en la carrera, con una metodología centrada en la preparación física pura. Llego allí con una idea, usar más la metodología española, con mas protagonismo del balón».
Escalar hasta llegar a un histórico. «Exacto. Tengo la suerte que los jugadores se adaptan bien y a la forma de trabajar: de manera jugada y organizada con el balón como protagonista. Pudimos motivar al futbolista y conseguir los resultados. Y luego ya puedes tener la oportunidad de aspirar a clubes grandes. El Rapid es un grande del país; conseguimos el ascenso y ahí continuamos. En un principio el proyecto era a tres años: el primero, consolidar la permanencia. El segundo, meterse en los puestos de playoffs y luego pelear por el campeonato. Calculamos que con diez puntos más, podemos estar luchando por esas plazas de arriba«.
Un Dinamo-Rapid muy reciente. «Vas por la calle y te dicen que tienes que ganar. No solo hay interés por este partido en Rumanía, también en otros países como Israel o Arabia Saudí».
Nostalgia de su tierra. «El club ya ha hablado conmigo sobre la posibilidad de ampliar, pero tengo la puerta abierta de volver a mi club. Donde me he formado como profesional. Del que he sido seguidor toda la vida y por el que siempre voy a estar ahí cuando lo necesite. Cuando entré sin salario en una época de ley concursal, desde ahí he visto crecer al Málaga, con muchos jugadores talentosos como Fornals, Brahim, Juanmi, Samu Castillejo, etc. Me enorgullece haber trabajado con tantos».
Una debilidad. «El que mas me ha sorprendido por talento ha sido Brahim, se le veían cosas siendo muy joven; y por trabajo Fornals, que mira hasta dónde ha llegado, no tiene techo».