La victoria del Málaga ante el Alcorcón se sigue celebrando a estas horas en la ciudad. Fue una noche de felicidad absoluta y de festejos que se prolongaron, en la intimidad, hasta altas horas de la noche. En el césped, en el palco, en el vestuario, en la sala de prensa, en la casa de los malaguistas y en muchos lugares más hubo un grito de liberación. El día no solo fue especial por la consecución del objetivo. El duelo ante el Alcorcón fue una noche de felicidad pero también de despedidas. Muchos malaguistas de corazón pudieron vivir ayer su último baile en Martiricos.
Por desgracia para el club de Martiricos, la victoria ante los capitalinos no sirve para evitar el ERE. La medida que enderezará el rumbo económico del club se llevará por delante a muchos de los símbolos del malaguismo en las últimas décadas. Empezando por el vestuario. Marcelino Torrontegui o Miguel Zambrana, historia ambos del fútbol en Málaga y la ciudad, dejarán en unos días de ser parte de la plantilla de empleados del club. Un masajista y un utillero cuyo papel va a mucho más allá de sus trabajos. No son los únicos, junto a ellos se marchan del club casi 40 anónimos más. Muchos de ellos mileuristas, que ayer vivieron su última alegría como blanquiazules.
Entre los jugadores también hay nombres propios importantes. Al margen del mercado de fichajes, habrá que ver quién llega y quién sale, hay despedidas que están casi confirmadas. Un nombre brilla por encima de todos. Luis Muñoz. El canterano de Nueva Málaga era de los que más celebraba en el césped. Su contrato acaba el lunes, justo cuando el equipo de Pellicer ponga punto y final a la temporada. El de ayer, pudo ser el último encuentro de Luis Muñoz en La Rosaleda. Una noche de felicidad y también de despedidas.
