El titular es claro. El Málaga nunca le ha ganado a la Ponferradina en el Toralín en Segunda División. No lo ha hecho y debe vencer este domingo sí o sí. No le vale otra resultado, ni le sirve un empate. Es una final en territorio hostil porque históricamente el bagaje blanquiazul en tierras bercianas no es esperanzador. Para eso están las estadísticas, para romperlas. Además, no jugará solo.
Dos empates y dos derrotas es el bagaje malaguista. La primera vez que el equipo malaguista pisó el Toralín en la categoría de plata fue en la campaña 2006/2007. Un viejo conocido como Nabil Baha aun vestía los colores del conjunto berciano. Aquel Málaga también se jugaba la vida con la Ponferradina. Luchaba por no descender de categoría y ese empate fue clave para evitar la reacción de su rival. Tablas 2-2 con goles de Antonio de Hidalgo y de Bornes en propia meta.
Las últimas visitas del Málaga son más recientes y justo cuando ambos equipos han coincidido en LaLiga SmartBank. En la 2019/2020, antes de la llegada de Sergio Pellicer, los blanquiazules mordieron el polvo en el Toralín con el gol de Yuri (1-0). Una campaña más tarde, ya con el de Nules en el banquillo, el Málaga no pudo pasar del empate. Gol de Yanis Rahmani para los blanquiazules y tanto de Curro Sánchez para el conjunto que dirigía por aquel entonces Jon Pérez Bolo.
Peor suerte corrió el curso pasado el equipo de José Alberto López. Un Málaga que pasaba frío lejos de La Rosaleda y que empezaba a dar síntomas de fragmentarse. Varapalo duro el que sufrió el Málaga en su reciente paso por el Toralín. Goleada (4-0) con doblete de Naranjo, Yuri y Agus Medina.
Para Sergio Pellicer también será una final en territorio hostil porque en sus dos visitas como entrenador al Toralín tampoco ha sido capaz de vencer. Un gran reto también en lo personal. Tropiezo en la 2018/2019 como técnico del Fabril (3-0) y el empate ya mencionado de la campaña 2019/2020.
