El Málaga CF afronta el primer partido decisivo por el ascenso en el estadio de La Rosaleda este sábado a las 19:30 horas. La vuelta de las semifinales del playoff de ascenso a LaLiga Hypermotion llega igualada (2-2) tras el gol de Pablo Durán para los celtiñas en el minuto 92 del duelo en Balaídos. El malaguismo prepara sus mejores galas para llevar a los suyos en volandas y crear la mayor intimidación posible a los jóvenes jugadores del Celta Fortuna. Un equipo de Fredi Álvarez, entrenado hace unos meses por Claudio Giráldez, que demostró tener muchas virtudes, pero que no acarrea sus mejores registros a domicilio. Por tanto, una dinámica que invita al optimismo.
El combinado celeste no consigue la victoria fuera de casa desde el 2 de marzo ante el Unionistas CF (0-2). Es decir, algo más de dos meses es lo que lleva el filial del RC Celta sin conocer el triunfo a domicilio. Concretamente, esta fue la última salida con Giráldez al frente del equipo, ya que su ascenso al banquillo del primer equipo se produjo el 12 de marzo. Por lo que, Fredi Álvarez no sabe lo que es ganar lejos de Vigo desde su llegada al banquillo del Fortuna.
De hecho, no es especialmente el fuerte de este equipo el de alzarse con la victoria como visitante. En la fase regular, no hubiesen entrado en puestos de playoff si solo se contasen los puntos cosechados a domicilio. El Celta B hubiese sido 6º, por detrás del filial de la Real Sociedad.
Este viernes, el compañero de Radio MARCA Vigo, José Riveiro, ha pasado por el micrófono rojo de esta casa para analizar esta faceta del Celta Fortuna: «La lógica dice que el equipo rinde mucho mejor en ABANCA Balaídos con ese fútbol brillante. Juega mucho más descubierto y destapado en casa como se vio en la ida. Con Giráldez fuera de casa mantenía ese nivel. Con Fredi Álvarez sigue manteniendo ese ritmo alto en casa, pero le está costando más sacar partido a su equipo fuera de casa. La lógica me hace pensar que el Celta Fortuna sea algo más reservón mañana ante el Málaga. Los chicos están muy mentalizados.
«Puede imponer su respeto jugar en La Rosaleda, pero están acostumbrados a jugar estos partidos como ya hicieron en la victoria en Riazor. Por el miedo escénico no va. Iría más por los últimos partidos a domicilio”, apuntaba Riveiro. Por lo que este equipo ya sabe lo que es ganar en escenarios imponentes como el de su máximo rival. Los celestes fueron capaces de vencer al Deportivo de la Coruña esta misma campaña por 0-1.
Cierto es que ya todo lo sucedido en el resto de la temporada no cuenta. Lo de este sábado en La Rosaleda es una final, y en las finales puede suceder cualquier cosa. El Málaga pasaría a la final en caso de empate al término de los 120 minutos, por lo que el Celta B necesita una victoria a domicilio, y el equipo llega en una dinámica que invita al optimismo en Martiricos.