Un vinotinto para celebrar la permanencia (2-0)

Miedo, mucho miedo. La tragedia que suponía perder el encuentro pudo con los blanquiazules en el inicio del partido. Nerviosos con balón y con desajustes en defensa, los de Pellicer comenzaban con excesivas dudas uno de los encuentros más trascendentales de la historia del club. Faltos de idea, el Málaga necesitaba una genialidad para conseguir un gol. Y apareció un genio con su lámpara mágica.

Juanpi Añor, en el minuto 22, llevó el delirio a La Rosaleda con una de las dianas de la jornada. Después de una pared con Adrián de cabeza, el venezolano quebró con una croqueta ‘Made In Iniesta’ a Diéguez para, luego, engañar y vencer a Dani Jiménez. La permanencia cogía sabor ‘vinotinto’.

Pudo ser amargo al borde del descanso con dos despistes en defensa y con Stoichkov como protagonista. El mismo que no quiso Al-Thani y que lleva 16 goles en su bolsillo. Poca broma. Dos pases de ensueño del andaluz a la espalda de la línea de tres centrales pudieron ser goles, pero primero por fallo de Arribas y luego por acierto de Munir, el Málaga se marchó al descanso con una victoria vital y crucial.

Inició la segunda mitad con un papel más estudiado: menos fútbol, menos complicaciones y más seguridad defensiva. Así fueron los primeros diez minutos, con un Alcorcón que intentaba, al menos, asustar a Munir con Stoichkov como director de orquesta, aunque la música no sonaba al gusto de los alfareros. Producto de ello, Fran Fernández movió a sus hombres para dar más vida a un ataque defenestrado. Dorca, Sandaza y Sosa entraron en un triple cambio que modificó el esquema visitante.

No perdió tiempo Pellicer en hacer lo mismo, aunque con más prudencia. Introdujo en el terreno de juego a Buenacasa por Sadiku. En el contexto del partido, con el Málaga lanzando en largo a la espalda de los defensas, era, a priori, un buen movimiento. Eso sí, el que atacaba era el Alcorcón… Y entró el mismo miedo que en la previa del enfrentamiento. En el minuto 75, Munir tuvo que despejar un duro disparo de Sosa que pudo poner el empate.

Hicham y Diego González fueron los siguientes en entrar, y la incidencia del marroquí fue trascendental en solo 30 segundos. Una vez más Pellicer. Una vez más Hicham. En su primer balón, puso un pase al hueco para Tete, que se revolvió a las mil maravillas para lanzar, con algo de fortuna, lejos del alcance de Dani Jiménez. Ahora sí, el Málaga sellaba la permanencia. Ya daba igual los resultados en los otros once encuentros y las pulsaciones volvían a su ritmo habitual y adecuado.

Con un Málaga bien plantado y con dos líneas contundentes para defender, el Alcorcón intentó una heroica que no llegó. Lo que sí llegó, por fin, fue la ansiada permanencia. Un objetivo que se fue complicando cada semana desde el inicio liguero y con momentos donde el equipo pisó y vivió en Segunda B. Pero esta afición, este club y esta ciudad no se merecen más sufrimiento ni más dolor.

Hoy, 17 de julio, el Málaga salva uno de los match-ball de la viabilidad de la entidad.