Para el Málaga conseguir dos victorias consecutivas en LaLiga SmarBank es un reto mayúsculo. Parece mentira, pero no lo hace desde noviembre de 2021. Estaba aun José Alberto López en el banquillo blanquiazul. Por aquel entonces el conjunto malaguista volaba como uno de los mejores equipos locales de Europa. Nadie le tosía al Málaga en casa y firmó ante Tenerife y UD Las Palmas, dos triunfos consecutivos. A partir de ahí, la historia ya es conocida por todos. Derrumbe, cese, sufrimiento y agónica permanencia.
Ahora viaja a Andorra, con un posible clima extremo, y con la necesidad imperiosa de certificar un segundo triunfo seguido después de la victoria en casa ante el Leganés. Bajo el papel no es una tarea sencilla. Los números también condenan a los de Sergio Pellicer. Las estadísticas hablan por sí solas, es el peor visitante del campeonato, pero en el fútbol no hay muchas veces matemáticas puras.
Solo ha conseguido una victoria a domicilio en dieciséis fechas del campeonato. Pepe Mel no pudo hacerlo, de momento Sergio Pellicer tampoco y ese triunfo llegó de la mano de Pablo Guede ante el Mirandés allá por el 27 de agosto. Desde entonces, los duelos lejos del calor de La Rosaleda no son nada positivos. Cinco empates y hasta diez derrotas.
La afición cree en que el milagro de la permanencia se puede conseguir aun estando a ocho puntos a falta de nueve jornadas. Habrá que creer si ese reto mayúsculo al que se quiere agarrar el Málaga se ve traducido en puntos. El propio Pellicer mantiene la fe. «Estamos con el gancho, y tenemos que ir al límite, luchar, honrar nuestros valores con ese esfuerzo y ese compromiso. Tenemos el reto y el desafío de conseguir dos victorias consecutivas e ir acercándonos a esos equipos«, aseguró en sala de prensa.
Aquel equipo de José Alberto que volaba con aquellas dos victorias, se vino completamente abajo. En los siguientes 7 partidos: 1 victoria, 2 empates y 4 derrotas. La última un 0-5 con el Ibiza. Ahora ha pasado el tiempo y se escucha una y otra vez que a José Alberto se le echó por falta de paciencia por aquel 0-5. Se nos olvida que el equipo ya había iniciado su caída con él. Hasta con el Amorrebieta perdimos en la Rosaleda con José Alberto.
Los que vinieron después hicieron bueno a José Alberto, pero nunca sabremos si habría sido capaz de levantar al equipo que claramente ya estaba en plena caída con él.
No conectaba con los jugadores, yparecía no tener plan b. A toro pasado sienpre quedará esa duda, pero la deriva era terrible.