El Málaga CF está en estado de shock y roto. La palabra que definió a la entidad de La Rosaleda en Butarque fue esa, la de un conjunto, que no equipo, incapaz de ver la portería rival y que acabó concediendo las ocasiones suficientes para perder el partid. En Santander los palos salvaron al equipo y contra el Andorra fue Manolo Reina. A día de hoy, este Málaga tiene poco o nada a lo que agarrarse. Una plantilla rota, desequilibrada, sin ánimo, sin físico y sin posibilidad de dar un giro táctico a lo que está pasando. Sus números ya igualan a equipos descendidos de otros cursos.
Está roto, por dentro y por fuera, ese es el estado del Málaga CF. Un equipo que ayer volvió a sufrir una lesión muscular y que ya acumula un total de 15 en los dos meses que llevamos de competición. Un descalabro constante al que hay que sumar un equipo que es incapaz de llegar físicamente bien a los minutos finales de cualquier partido. Es la realidad que se ha encontrado Pepe Mel a su llegada a Martiricos. Un drama de arriba abajo que no se puede arreglar en tres semanas. Mel ha intentado reforzar la defensa, pero los errores groseros de Esteban Burgos o Bustinza lo impiden.
Moralmente el equipo ha tocado fondo. Este es un Málaga que amarga a los aficionados y a todo lo que toca. La cara de Rubén Castro es el ejemplo más claro de ello. La ilusión del verano ha dejado pasó a una suerte de tensión, presión y depresión que hace que el conjunto boquerón tenga mandíbula de cristal. Si al Málaga le golpean no se levanta, es incapaz.
El plano táctico es el más evidente. El Málaga no tiene nada para cambiar el guión explicado con anterioridad. Con una plantilla sin recambio en las bandas, el entrenador que venga está abocado a jugar por dentro una y otra vez. Los rivales del Málaga en LaLiga SmartBank ya saben de memoria como tienen que defender a este equipo y lo hacen por sistema sin despeinarse.
En Butarque, solo Pepe Mel dio la cara. El resto optó por tomar la callada por respuesta, incluidos Manolo Gaspar y el administrador judicial que viajaron y estaban en el palco del estadio madrileño. La afición se ha cansado y mira con impotencia este Málaga CF roto por todos lados y en estado shock desde hace semanas.
Pues si ,esto no tiene pinta de dar un cambio ,hay lo que hay y el fútbol del equipo es el mismo partido tras partido,aquí ya no funciona ni el efecto entrenador,todo lo que se querían ahorrar en extrenadores,ex canteranos,en ex gente válida dentro del club,lo está pagando por otro lado,hacer las cosas bien es más fácil que hacerlas mal,y aquí se está haciendo muy mal de primera hora.