La temporada del Málaga ha estado marcada en todo momento por los problemas institucionales. El equipo boquerón comenzó el curso sin poder inscribir a varios de sus fichajes y a otros jugadores de la plantilla. La guerra abierta entre los accionistas minoritarios y Al-Thani se alargó durante toda una primera vuelta en la que el caso de Víctor Sánchez del Amo y su vídeo sexual, con su consiguiente despido por parte de los blanquiazules, fue la guinda a una tormenta perfecta que casi amenaza con llevarse el club para delante. Con la salida de Al-Thani y la llegada del administrador el club ha ganado en confianza y estabilidad.
Los resultado de Pellicer a cargo del primer equipo son positivos. El entrenador de Castellón lucha contra un mal de altura que el Málaga no termina de superar. Los de Martiricos tienen una de las peores cifras en cuanto a partidos con los primeros clasificados se refiere. La victoria ante el Cádiz en el Carranza parecía cambiar esta dinámica. Pero el partido contra el Zaragoza ha vuelto a demostrar que este equipo sufre con los de la zona noble de la tabla.
En lo que llevamos de curso, el Málaga ha jugado ya quince partidos contra equipos situados entre los diez primeros de la clasificación. De esos 15 partidos disputados solo ha conseguido dos victorias. La mencionada ante el Cádiz hace ya un mes y la del debut de Pellicer en casa contra la Ponferradina, cuando ganó a los del Bierzo estando estos en el décimo puesto de la tabla. Un ejemplo de ello es que las únicas tres derrotas malacitanas en casa este curso hayan llegado contra Cádiz, Almería y Zaragoza; los tres primeros clasificados de la tabla. El partido contra el Huesca, en caso de no suspenderse, podría ser una nueva prueba para saber si los malaguistas consiguen superar su último trauma del curso.
