Es el ‘Día de la marmota’ para la afición del Málaga. Otro año más de sufrimiento. Otra temporada más en la que el equipo blanquiazul tiene que vivir en el alambre, de hecho, está en puestos de descenso desde la quinta jornada y ha sido colista más veces que nadie, ocho. Los seguidores blanquiazules andan curados de espanto. Y es que ya sucedió el curso pasado cuando el Huesca ya les echó una mano a los de Guede, que se empeñaron en complicarse la vida. Y en la 2020/21 Pellicer logró una titánica permanencia con una plantilla limitada a 18 profesionales y ahora, cuando mayor poderío económico tenía, el Málaga debe vivir otra batalla épica en 2023.
Este 2022 que se esfuma deja claro que el actual es el peor Málaga de la historia reciente en cuanto a números se refiere. Pablo Guede no pudo completar el ansiado sueño de hacer un proyecto ganador y duró poco en el cargo. La presión fue dura, las expectativas vendidas por el propio club fueron elevadas, pero la losa del escaso bagaje de puntos (3 de 18) pesó mucho y acabó con su destitución.
Tampoco es que haya cambiado el escenario con la llegada de Pepe Mel (16 de 45). Cifras que obligan al Málaga a una segunda vuelta casi de matrícula de honor. Hasta la fecha ni los 31 jugadores utilizados en el campeonato, el equipo que más de toda la categoría, levantan a un Málaga que sigue vivo en la competición, pero en el alambre.
Un 2023 con otra salvación casi épica
La épica permanencia que aún perdura en el ambiente la logró Sergio Pellicer. Mayo de 2021. Un Málaga que tiritaba de frío económico, que tenía la limitación de 18 fichas profesionales y que logró quedarse en Segunda. El propio técnico comparó esa hazaña con ganar un título.
El curso pasado, los 25.000 espectadores que llenaron La Rosaleda en la final ante el Burgos no pudieron celebrarlo. El acto acabó en pitada. El Málaga se salvó gracias al Huesca en una noche vergonzosa. Una pesadilla que debía haber concluido y que sigue latente en este curso. 21 jornadas. Un 2023 para vivir otra batalla épica y el malaguismo está preparado.
