Con sabor dulce despidió el Málaga CF el año natural pese al empate a cero. El contexto del partido, desfavorable para los blanquiazules, determinó el sentimiento de satisfacción con el que se marcharon los jugadores al túnel de vestuario. La expulsión a Yanis por agresión en el minuto 36 condicionó y mucho a un equipo que no sufrió en defensa a pesar de estar en inferioridad numérica.
Antes del encuentro quizás no se firmaba el reparto de puntos, aunque el factor determinante de la cartulina transforma por completo las sensaciones para despedir el año. No habrá más fútbol hasta el 2021, el que se espera que se presente mejor que el 2020. Así, los blanquiazules no volverán a jugar hasta el próximo 3 de enero.
Tiempo de desconexión y de recargar pilas para regresar al máximo. El objetivo está más cerca de lo esperado al comienzo de verano, por lo que la tranquilidad será protagonista en Navidad. Aun así hay mucho que mejorar tanto en lo deportivo como en la dirección, donde existe obligación por reforzar a la plantilla. En lo ocurrido en el césped, satisfacción por lo conseguido incluso en el último partido del año donde se empató ante un rival directo y con inferioridad numérica desde la media hora.
