Estaba previsto para cuando finalizase la temporada. Su voluntad era la de apurar al máximo y ayudar al equipo a sabiendas de las limitaciones, físicas y numéricas, que han complicado el caminar del Málaga esta temporada. Pero el hombro derecho ha dicho basta, por lo que Ramón Enríquez ya no volverá a jugar hasta el próximo curso futbolístico.
Será este jueves cuando el joven centrocampista pase por el quirófano para solucionar la inestabilidad que viene padeciendo en dicha articulación desde que se lesionara a comienzos de septiembre de 2019. Fue en Girona cuando el de Órgiva sufrió un fuerte traumatismo con desplazamiento del hombro. Y aunque el dolor se fue calmando, nunca remitió del todo. La situación se agravó tras la cuarentena cuando, meses después, en un entrenamiento chocó con Cifu y se volvió a salir.
Desde entonces, el tratamiento conservador no ha solucionado los problemas. Los médicos consideraron que la mejor opción era la operación, si bien Ramón hizo de tripas corazón y decidió continuar. Ayudado, eso sí, por el buen comienzo en Liga y la titularidad que se ganó con un rendimiento excepcional. Sin embargo, en enero volvió a sufrir un encontronazo, paró algunas semanas, pero su nivel no fue el mismo. Incluso el trabajo preventivo que se realizaba para proteger el hombro tenía consecuencias en otras partes del cuerpo y llegaron más problemas físicos. El quirófano ya no era evitable, aunque la fecha se pospuso hasta junio.
Ahora, con el Málaga en zona de nadie, a 9 puntos de los playoffs y también del descenso, se ha decidido que es mejor intervenir cuanto antes esa inestabilidad. Será este jueves cuando el doctor José María Silberberg dirija la intervención quirúrgica en la Clínica Universidad Navarra, en su sede de Madrid.
